¿Podemos engañar a Dios?

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Ya que la salvación es por gracia, es gratuita y nada de lo que yo pueda hacer contribuye a la misma, entonces, ¿no me esforzaréen cambiar nada de mi carácter y vivir de forma que agrade a Dios? Este fue precisamente el razonamiento que algunos usaron cuando Pablo hablo  sobre el tema de la gracia en su carta a la iglesia que estaba en Roma (Romanos 6:1). El apóstol hablaba de la gran misericordia de Dios y del peligro de que alguien malinterpretara este concepto. Pero, ¿puede un ser humano engañar a Dios? ¿Puede alguien usar de astucia, recibir la salvación por gracia, saber que Dios perdona siempre que nos arrepintamos y vivir de pecado en pecado y aun así ser salvo?

La salvación es un regalo de Dios que se recibe por fe. Es decir, si no tienes fe no puedes ser salvo. Esto de la fe es algo muy subjetivo porque nadie puede penetrar en mi interior para verificar si he puesto mi fe en Jesucristo o no. Nadie puede saber si soy genuino o si estoy montando un espectáculo religioso.Pero no decimos esto solamente con relación a los demás. En ocasiones, en cuanto a este asunto de la fe, hay personas que se engañan a sí mismas. Es decir, hay personas que creen genuinamente que son creyentes, pero no lo son.

¿Cómo puedo saber si he creído o no? Entre varios aspectos que cambian en la vida de una persona que ha creído esta el asunto del pecado. Cuando alguien recibe a Jesús como el hijo de Dios en su corazón ocurre una transformación en la forma de pensar, en su percepción de lo que la Biblia llama pecado. Lo que antes era aceptable y normal para esa persona ahora comienza a verlo con otros ojos. Comienza a percibir lo desagradable que eso es para Dios. Esto hace que comience a tener deseos de no pecar y de vivir de forma agradable a Dios. Así que esta fe se traduce en acciones. Acciones que son vistas por los demás y por esa misma persona.

No sé si tú eres una de esas personas que juega a la iglesia, que ora, asiste los domingos a una comunidad de fe, lee la Biblia y hace uno que otro ejercicio religioso, pero que además vive una vida que es desagradable a Dios abiertamente. Quizás no lo haces con la intención de engañar a Dios ni a nadie, pero en el camino te estás engañando a ti mismo. ¿Ha habido algún momento en tu vida en la que ocurrió una transformación en tu interior? Si no ha pasado, si sigues siendo la misma persona de siempre, si en tu interior no has cambiado, si tus acciones siguen siendo las mismas, es muy probable, muy probable que todavía no seas creyente.

A la orilla del lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora