Resoluciones de año nuevo

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Resoluciones de año  nuevo

 Comenzará un nuevo año y con él siempre viene compañía. Viene la esperanza de que algunas cosas en nuestra vida o la de seres queridos cambien. Viene el optimismo de que lo que no pudimos lograr por incapacidad lo podremos lograr alcanzar este año que recién comienza. De ahí vienen las resoluciones, planes, promesas y compromisos que hacemos con y a otras personas y a nosotros mismos: “voy a perder peso”, “cambiaré de trabajo”, “haré un curso”, “aprenderé o mejoraré el ingles”, “me llevaré mejor con mis padres o mis hijos”, etc.  Todo esto arroja optimismo y es útil que lo hagamos para que cuando termine el año tengamos algún sentido de logro.

 Todo nuevo año me brinda la oportunidad de un nuevo comienzo. Me he acostumbrado a creer que siempre tendré esa nueva oportunidad, que no se agotan, que estarán siempre ahí para comenzar de nuevo. Un día, un año de estos, será la ultima vez que pueda hacer resoluciones porque esa será la última de mis oportunidades. De hecho, no hay forma de saber si tendré otro enero para escribir algo como esto y si estas serán mis últimas resoluciones de año nuevo.

 Por eso debo asegurarme que mis resoluciones no sean superficiales ni banales ni frívolas. Tratamos de arreglar muchos aspectos de nuestra vida. Uno de esos son las relaciones con nuestros seres más cercanos. Hay una relación que a menudo descuidamos por la misma razón que dijimos al principio: creemos que siempre tendremos el chance de arreglar esa relación más tarde, el próximo año, o en unos años. Es nuestra relación con Dios.

 Si algo hemos aprendido es que la vida es corta, incierta y frágil, muy frágil. Puede ser este año la última oportunidad, mi oportunidad para arreglar mi relación con Dios y que ya no esté ahí como siempre ha estado, como siempre he creído que estará. Hay una resolución que estará en la prioridad de mi lista este año: asegurarme que mi vida esté a cuentas con Dios porque hay unas palabras que resuenan en mi cabeza:

 ¡Si ni siquiera saben cómo será el día de mañana! ¿Y qué es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora” (Santiago 4:14).

A la orilla del lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora