Gracia

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La gracia de Dios

La persona promedio cree en la eternidad. Cree que existe un Dios y que hay un buen lugar y un mal lugar en donde se pasará la eternidad. Si preguntáramos al grueso de las personas qué es aquello que determina donde uno pasaría dicha eternidad escucharíamos respuestas variadas. Sin embargo, la mayoría diría que el bien o el mal que tú hagas es lo que decide qué pasará. Ahora bien, esta creencia popular entre las personas, ¿se basa en la Biblia? ¿qué dicen las Escrituras?

Las Escrituras hablan de un concepto llamado “la gracia”. Gracia significa “favor inmerecido”. Esto es tanto la actitud de Dios como sus acciones a favor de la humanidad. Es decir, es el conjunto de todas las bendiciones que Dios le da a los seres humanos y todo esto sin el mínimo mérito por parte del hombre.

La salvación no es la excepción en todas estas bendiciones. Las Santas Escrituras establecen en Hechos 15:11: “Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos”. Parte de esta creencia popular es correcta. Hay dos lugares donde estaremos por la eternidad, pero el llegar al lugar de conveniencia (el cielo, la gloria, la eternidad, etc.) no se logra por nuestro propio esfuerzo. Es decir, no importa todas las cosas buenas que tú puedas hacer, todo lo que puedas dar, todo el bien que le hagas a quien no se lo merece. Todos nuestros esfuerzos juntos son insuficientes delante de Dios para ganarnos un lugar junto a Él en la eternidad.

De forma categórica la Biblia establece que nadie puede salvarse a sí mismo. Declara que la salvación es un regalo que Dios otorga, no porque haya en nosotros algo bueno, simpático o que nos haga merecedores de tal bien, sino porque él es bueno, porque es misericordioso, porque es amor. ¿Significa esto que el hombre es una basura y que no tiene ningún valor? No, en lo absoluto. Es de gran valor para Dios. Su valor es tal que decidió hacerse hombre, tomar nuestro lugar y darnos la salvación gratuitamente. Simplemente, cada cosa en su lugar: El, Dios. Nosotros, la humanidad.

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