Capítulo 7

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"De compras"

Hoy es un día muy agotador, falta poco para el cumpleaños de Nino y Bridgette sigue tan decaída como siempre, y como siempre, esta Tikki para animarla, saltando, volando, gritando y moviendo sus pequeñas manitas. La pequeña mariquita carmesí trataba de levantar a su portadora que seguía con los ánimos en el piso, bien en el piso, arrastrando, pero como siempre, ¿Una mísera llamada cambia todo no?, pero esta vez solo fue un mensaje de voz.

>>Hola lindura. Sabes... en 15 minutos estoy en la puerta de tu casa. Te quiero bañada y muy bella. Iremos de comprar. Te avisé, no quiero reclamos. Adiós. <<

Con mala gana Bridgette se levantó y se fue al baño, se miró al espejo y observo sus ojeras, junto sus manos y tomo un poco de agua para lavarse y así lavarse los dientes, se peinó un poco y se hizo sus típicas coletas a cada lado para después volver a la habitación y cambiarse el pijama a algo más casual, y listo...En unos segundos sonó el timbre, miro por el pequeño agujero de la puerta y comprobó quien era, sus dudas estaban resueltas, detrás de aquel pedazo de madera estaba la morena con su celular en mano esperando a que le abrieran y cuando esto sucedió, la morena observo de pies a cabeza a la azabache y se colgó del cuello para abrazarle.

-¡Bridgette! ¡¿Te eh dicho que te amo y que eres la mejor por acompañarme a la fiesta de niño y de compras?! Por que si no es así, te lo digo. Eres la mejor. – dijo la morena –

-Si, si. Ya me lo dijiste una 30 veces ayer, ¡Ahora suéltame que me rompes el cuello! – Decía la azabache liberándose del agarre de aquel bestia que llamaba mejor amiga –

-Ash, lo siento azulita, pero estoy realmente emocionada. Será una noche genial.

-¿Cuando me llamaras por mi nombre y no con esos sobrenombres tan raros que me pones?

-mmm – la morena se tocó la barbilla con una mano mientras con la otra se tocaba la cintura – No lo sé, nunca se puede decir –

Las dos se largaron a reír, y luego Brid tomo un bolso con Tikki dentro, sus llaves y celular para irse al centro comercial, se fueron en el descapotable de Alya, si, ella tenía un descapotable.

Al llegar estacionaron el auto y empezaron a caminar, primero vieron las novedades de la torre Eiffel, compraron algunas golosinas para comer y tomaron bastantes fotos, se puede llamar a esto una grandiosa tarde de amigas.

Alya tomo el celular de Brid con un movimiento rápido para que esta no se diera cuanta y apago su celular – sin distracciones – se dijo esta y volvió a colocar el celular a donde mismo, tomo la muñeca de la azabache y corrieron hacia el centro, vieron varias tiendas lindas, de marca o no, vestidos de gala o de fiesta. Tomaron un helado mientras seguían viendo las tiendas, hasta que ¡Wala!, la tienda perfecta, tenías vestidos de toda clase y diseños y para mejor, podías encargar un diseño a tu gusto, sin pensarlo. Empezaron a ver tallas y diseños, las dos tomaron algunos vestidos y se metieron a los probadores. La primera fue Alya, quien entro mientras Bridgette la esperaba afuera sentada en un sillón mientras comía su helado.

-¿Y? ¿qué te parece? – La morena dio una vuelta, era un vestido largo, morado, con un escote de corazón, la azabache le hizo una mueca y arrugo la nariz, esta torció la boca y se metió de nuevo al probador

 -¿Y este? – ahora llevaba un vestido negro, englobado, con cuello, pero la espalda descubierta, nuevamente se dio una vuelta en su mismo eje para mostrarle a su amiga, esta agito su mano y le contesto: No englobado no – entonces de se volvió a meter al probador y ahora salió con un vestido azul, muy apegado al cuerpo, que llevaba un detalle en la cintura y con cuello con el mismo detalle – bien, este es el último, ¿como me queda? - la azabache la miro de pies a cabeza, sin ninguna palabra se paró de su asiento y se fue quien sabe dónde, Alya la seguía con la mirada con curiosidad, cuando esta volvió tenia unos unos tacones de plataforma y se los paso – póntelos – le dijo y esta le hizo caso, volvió a mirar a su amiga en frente y esta la miraba fascinada - ¡Te vez genial! – grito en un chillido esta y las dos chicas gritaban dando pequeños saltitos en su lugar mientras la gente las miraba extraño, los tacones eran blancos con diamantes en todos lados. Fabulosos

Decide Tu mismo: Un deseo Puede cambiar el destino. -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora