Capitulo 31

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¿Creerán que desperté tan celestial, con Félix a mi lado, todo calido, hermoso y celestial? Creo que ya dije celestial ¿no? bueno...Nada de eso paso. Cada quien por su lado, claro, que eso el no lo sabe por que duerme igual que fuera su propia casa. Yo por mi parte estoy tan apegada a la pared que tengo la espalda helada y acalambrada. 

Desperté ya hace como 20 minutos y no quiero levantarme para no despertar a nadie, pero me duele la espalda, tengo frió aun que haya más de veintiocho grados. No lo soporto y ya, me levanto. Arrastro las sabanas y gateo hasta los pies de la cama. Veo mi celular y son las 3:25 minutos A.M

Rayos... Mañana es un día pesado.

Ya cuando voy al baño, lavo mi cara e inspeccionó mis notables ojeras veo que Félix sigue igual de cómodo y yo aun tengo sueño. Ese sofá se ve tan, pero tan cómodo que no tienen ni idea. Ya luego inventare alguna excusa por no dormir en la cama.

****

-hum... Dejame dormir — reclamo —

-Cállate. Vamos, estas cansada —Me dice esa voz y siento que mi cuerpo se eleva aún adormilada.

Cuando despierto no estoy en él sofá, tampoco apegada a la pared, sino que estoy cómodamente durmiendo al lado de Félix en posición fetal. No se cuando paso, pero no me quejo.

-Parecer un bebe cuando duermes, mujer —Habla un Félix un poco adormilado. Me sonrojo.

-¿Q-que? ¿Por que dices eso? Él dormir es lo más apreciado para mi. Si no duermo puedo hacerle la visa imposible de día.

-Ni lo dudo. Ayer como a las cinco de la mañana me levante al baño y te vi dormida en el sofá y te traje de nuevo, al levantarte te pegaste como lapa a mi.

-En mi defensa, estaba dormida. Si no, no lo sueñes agreste.

-Como sea. Pero bien que Lucida te pegas a otras personas. -Espeto con maldad. Hay esta de nuevo ese Félix que conocí.

Lo ignore toda la tarde, cuanto desayunamos hasta que Alya propuso ir a la playa. Nuestra cabaña tiene más cabañas al rededor y una piscina gigante privada, cuando uno sale del recinto a unos cuantos pasos esta la enorme playa. Mar, arena y mucho sol. Estaba escogiendo si usar el bikini o el entero, pues la verdad no me siento cómoda con nada.

-¡Mira! -Grita Alya - ¿Que te parece? es bonito ¿Verdad?

Mi amiga gira sobre su eje mostrando su traje de baño de dos piezas, rojo. Hace resaltar su piel morena y sus grandes curvas. La miro seleccionándola y asiento con la cabeza mientras da saltitos de felicidad. Nino y Félix salen de otra habitación y todos nos vamos a la playa del frente.

-Genial, playa yo te amo - Exclama Nino, al parecer el ama a todo. 

-Vamos, que quiero nadar un rato -Le dice Alya y Asiente, después a mi.

El agua me cuela los huesos, esta sumamente helada y no me permite caminar, solo hasta la orilla y nada más. Además de que lamentablemente no se nadar. Camino raro por que piso conchitas pequeñas mientras las olas chocan en mis piernas. Me abrazo yo mismo por el frió que estoy sintiendo.

-Vamos amiga. Nada te va a pasar. Estamos contigo - Me alienta Alya entrando al mar y se tira un clavado al segundo, según ella para pasar el frió y acostumbrarse. Pero niego con la cabeza.

-Bridgette. No te ahogaras. Vamos entra al mar - Me dice Nino pero vuelvo a negar. 

Al fondo del mar se ve una cabellera rubia que de pronto se desaparece y vuelve a la superficie. No se como es tan buen nadador si nunca sale de casa. Amo de verdad el agua, me fascina, pero le tengo un gran respeto al mar y le temo a las criaturas que habitan en ella. Como cangrejos, pulgas de mar, algas que se enredan en los pies y demás.

Decide Tu mismo: Un deseo Puede cambiar el destino. -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora