Decide Tu mismo: Un deseo Puede cambiar el destino. -Editando-

Capitulo 22

Félix

Estoy cansado, agotado, hambriento y sediento. Siento la boca seca y me duelen las muñecas. Aunque tenga una venda en mis ojos y una en la boca siento que no puedo hacer ningún ruido por falta de energía y  la cabeza me da vueltas que al parecer pronto caeré  de donde me tiene  amarrado. No soy consiente de cuanto he estado en este lugar ni tampoco del tiempo en que estoy ahora, no soy consciente de cuando estoy dormido y cuando estoy en la realidad. Pero de algo estoy seguro. Me costara mucho salir de esta. Seguro ni siquiera mi padre se a dado cuenta de mi inasistencia. Y si lo hizo solo fue por que quería mandarme a algún lugar y no me encontró.

-Agreste, lamento no haberte visitado en esta semana, estaba...ocupado. - Me dijo esa voz, aún irreconocible. Por más que lo intentara no la reconocía -, Te vez del asco. Pero quien no lo estaría con una semana sin bañarse ¿no? ni me imagino ese aliento. Que asco.

Una semana. ¡Una semana es este asqueroso lugar! 

El tipo me quito la venda de la boca, y me dio agua. Sonara idiota de mi parte y al parecer el tiempo y el hambre me esta volviendo loco. Pero se muy bien que saco esta agua recientemente y no esta sucia. El sabor es...Diferente. 

-Debes tener sed, hambre y esas cosas. No te preocupes, te recuerdo que aún no quiero que mueras. Un amigo murió de hambre, es terrible. Ten, come. 

Sentí como acercaba algún cubierto a mi boca y me recuse a comer lo que me diera. Movía la cabeza de un lado a otro y trataba de sellar mi boca con fuerza. Odio no saber que me dan de comer, debo saberlo, analizarlo y si es por poco que alguien coma de él primero, por si no esta envenenado.

-¡No te resistas!  -me grito. Apretó mi nariz con sus manos y tiro hacía arriba. Luego me dio de comer. Estaba rica. Este tipo es raro. Tiene a un secuestrado y le da de comer algo comestible. Si es que me explico. La comida no sabe a podrida ni nada. Raro.

-P-por que. Por que me Haces esto. -Le dije con pocas fuerzas. 

-Cállate. No te di permiso de hablar. No por eso te saque la venda.

-Dime. Por que me...me haces esto.  - Me duelen las cuerdas vocales, mucho. No tengo fuerzas mi para hablar.

-Agreste, mejor que te calles de una vez, o ya veras - Me amenazo. - No seré tan bueno contigo si me desobedeces.

-¡Dime! ¡Dime quien eres! ¡Liberarme Loco! - Le grite. Pensé que me pegaría pero no. Solo escuche como se paraba de golpe y botaba la comida. Sentí como caminaba al rededor mio y apretó más las cuerdas de mis muñecas y pies. Ardía demasiado. Ardía como el infierno mismo, mis manos ya dañadas con la cuerda ahora estaban más apretadas y dolía como el demonio.

-Agreste. Escúchame bien. Si yo digo salta, lo haces. Si yo digo Come, lo haces sin decir ninguna palabra. Si te digo Cállate, Lo harás. No saldrás de aquí tan fácil así que óyeme bien. ¿Crees que tu papi rico se esta buscando? Te diré que no. Y ni siquiera lo  intentara y mucho menos lo lograra. Tu celular, lo bote muy lejos, relojes, u otras cosas no tienes. Así que, nadie te encontrara, a menos que tengas un chip incrustado... ¡Tienes un chip en el cuello! me encargare de sacartelo con mi amiga la navaja, dime ¿Lo tienes? - Negué, lento moví mi cuello diciendo no-. Bien agreste, te veré... No se, cuando me de la gana y si me acuerdo de ti. Suerte en lo tuyo y no vallas a ningún lado...¡Cierto! no puedes. Lastima.

Sentí una silla arrastrarse y luego, una cadena. Después de eso cerro una puesta y volví a la inconsciencia. 

Bridgette

-Ya pegue papeles casi por toda la cuidad, también le avise a la policía y a su padre y secretaria, dijo que estarían al tanto y que lo rastrarían . Pero ¿Y si no lo hace? ¿Que pasa si no lo hace? Es su hijo. Es mi amigo. Estoy preocupado. - Suspiro través del Móvil.