Decide Tu mismo: Un deseo Puede cambiar el destino. -Editando-

Capitulo 38

Félix

¿Quieres mi consejo? Pues hay va. Jamás de los jamases lleves a tu mejor amigo y a tu novia juntos al centro comercial. Ni se te ocurra, ni lo sueñes, ni te lo imagine. ¿Por que? Bueno, puede pasar tantas cosas, como por ejemplo: Que estos dos se enamoren y quedes tirado tanto como novio que como amigo o puede que estos se odian a muerte y tu quedes como el tarado del medio. Cosa que me esta sucediendo.

-Cierra la boca urraca, nadie quiere ir a probar vestidos ni zapatos. 

-¿Me dijiste urraca? ¡Me dijo urraca! ¡Lo has escuchado Félix! Con más razón te compadezco, por eso andas con esos trapos que llamas ropa. 

-Por lo menos a mi si me quieres, camello parlante.

-Dj de cuarta, ¿sabes por lo menos que es la música? Eres tan malo como un perro de la calle.

-Prefiero ser un lindo cachorro y ser sordo a escucharte hablar de nuevo, megáfono con patas.

-Imbécil.

-Plumero andante.

-Burro.

-Reina de las palomas.

-¡¿Por que me dices así!?

-Por que las cagas todas. Sesos podridos.

-¡Cállense la boca los dos par de molestos! - Les grito en medio del centro comercial. Gente nos mira y solo me doy la vuelta.

-¡El empezó! Félix, tu sanguijuela me molesta.

-¿La garrapata quiere llamar la atención? 

-¡Nino! Deja de una buena vez de molestarla si no quieres tragarte los audífonos, ¡Y tu! - Le apunto - Deja de molestar a mi mejor amigo y mejor enfoca  en lo que quieres comprar para irnos lo más rápido de aquí.

Ambos se quedan callados y me siguen mientras escucho el ruido molesto de la gente hablar, hablar, hablar. Niños llorando, padres gritando. Ladrones, guardias flojos. Odio estos lugares.

-Idiota.

-Clasista.

-¡Ya! - Les grito.

Una señora treintena pasa arrastrando a una niña rubia que llora y jala de su brazo. Pero la señora se inmuta a prestarle atención. Me fijo bien en lo que la niña quiere y apunta y resulta que a dejado tirado un juguete al medio de la sala, pero la madre es tan... Agg, que no se da cuenta. Pero fuera la billetera por que se lanza como piraña con fatiga. 

Llego hasta el juguete y es un oso de peluche, me acerco a la señora y a la niña, la cual al verme deja de llorar, le golpeo suave el hombro y me presta atención enojada, pero al ver el juguete su ceño deja de estar fruncido.

-¿Por esto es por que lloras? - La niña asintió - ¿Por que no me lo dijiste Matilda? Tanto escándalo que haces.

-Debe ser por que esta tan ocupada arrastrándola por el centro y más encima enojada  que ni se inmuta en preguntarle y prestarle un mínimo de atención del por que esta llorando y haciendo rabieta ¿No cree?  - Le contesto, antes de que hable le paso el juguete a la niña y me sonríe, un hoyuelo se forma en su mejilla izquierda y abraza al oso. Sin nada más que hacer me doy vuelta hasta donde están los demás. 

-Félix eso fue tan tierno ¿Así serán nuestros hijos? Será rubios como tu con mis ojos o quisas castaños con los ojos grisáceos. ¿Te imaginas? - Pase delante de ella sin responder su pregunta.

Esa niña me recuerda tanto a la de mis sueños... ¿Como es que se llamaba? Emma. Si, la pequeña Emma. Aun recuerdo sus palabras. 

Te necesito...