Calculo rápidamente el tiempo que tardarán los simpatizantes en llegar. Considerando lo cerca que se oyen sus pisadas, tengo un minuto y medio como mucho. Kyle emite un gemido cuando giro sobre mi misma buscando un escondite.
-Cállate.- le digo.- Ahora te esconderé, y te vas a quedar quieto hasta que acabe.
Él asiente. En el fondo me da pena, pero no puedo evitar pensar que si me cogen hoy será culpa suya. Además, he tenido que partir la flecha, así que no puedo volver a usarla. Mis flechas son mi salvaguarda, sin ellas estoy perdida. Así que no me ha hecho mucha gracia tener que destrozar una gracias al incompetente que tengo al lado.
Mis ojos vuelan, recorriendo todo el puente. Descarto el saliente donde estaba hace unos minutos, está muy elevado y no estoy segura de que Kyle pueda sostenerse solo. De pronto me asalta una idea. Arrastro a Kyle hasta cruzar el puente y descendemos por la orilla hasta que casi tocamos el agua. Lo acuesto en el suelo, en el lugar donde se proyecta la sombra del puente gracias a la luz de la farola y hago que me mire a los ojos.
-No hagas ruido. Espera aquí a que yo venga a buscarte.
Asiente, pero el tono blanco de su piel no me gusta nada. Tiembla de frío, así que me quito la chaqueta y se la pongo por encima. Yo tengo la capa y hoy casi no hay viento, no me hará falta. Kyle sonríe, divertido a pesar de las graves heridas que lleva encima.
-No sonrías. No es momento.- no me hace caso, y yo me replanteo si me vale la pena salvar a este dolor de cabeza con patas. Suspiro, sé cuál es la respuesta. Me levanto cuando oigo que los simpatizantes llegan al puente. Sin embargo me giro y observo al chico tirado en el suelo. Tiene los ojos cerrados, así que lo llamo.
-Kyle.- él me mira con dificultad.- No te mueras.
Él levanta el pulgar, y yo me giro y asciendo hasta situarme en el borde de las sombras. Los hombres no me han visto, pero yo sí puedo verlos a ellos. Los tres son corpulentos, así que sé de inmediato que ninguno es el que busco. Sin embargo, no los dejaré ir con vida.
Cargo, apunto y disparo.
El hombre que está más alejado de mi posición es el que cae primero, mi flecha se ha clavado en su cuello. Sin embargo, los otros dos se giran rápidamente en mi dirección, saben que estoy en algún lugar cercano. Empiezan a acercarse al borde del puente, sus manos no tiemblan y en sus ojos hay determinación. En lugar de amedrentarme, suelto el broche de la capa y dejo que caiga a mis pies. Me agacho y saco un cuchillo de una de mis botas, y lo sujeto entre los dientes. Extraigo otra flecha del carcaj de mi cadera y la coloco en su lugar. Mantengo la cuerda tensa hasta que vislumbro el cuerpo de uno de los dos hombres. Dejo volar el proyctil, que se clava bajo su brazo. Salgo corriendo de mi escondite y uso la espalda del hombre para impulsarme. Doy una voltereta por encima del otro hombre, y de un movimiento rápido me quito el cuchillo de la boca y lo clavo en su nuca antes de que pueda siquiera girarse. Caigo de pie, y me giro solo para ver que el hombre al que le he dado en la axila intenta coger su espada. La aparto de una patada de su alcance y le quito el casco. Saco una última flecha y perforo su cráneo con ella.
Después hago lo de siempre. Extraigo las flechas de los cuerpos y los apilo a un lado del puente. Ato una cinta azul a la barandilla, y luego desciendo hasta el lugar donde dejé a Kyle. He tardado unos diez minutos en hacerlo todo. Cuando llego hasta él compruebo que todavía respira, así que lavo las flechas, las guardo y antes de sujetar el arco a mi espalda le quito la chaqueta de encima a Kyle y me la pongo.
-Vamos.- le digo, dándole un toquecito con la punta de la bota.- Tenemos que irnos.
Abre los ojos despacio. Sé que no puede levantarse solo, así que le tiendo la mano y cuando está de pie paso su brazo bueno por mis hombros. Muy despacio, ascendemos hasta llegar al camino y nos mezclamos con las sombras. No puedo llevarlo a mi cuarto, si no puede casi ni andar no será capaz de llegar hasta el balcón. Mientras avanzamos por las calles, decido que lo llevaré con Bill.
Siento que el camino hasta la tienda dura siglos. Además, Kyle no deja de resollar, hace mucho ruido. Es muy distinto del silencio que acostumbro a oír cuando voy sola, por lo que tengo que estar muy atenta por si se acerca alguien. Por suerte para ambos, en la tienda no hay nadie, así que entramos directamente en lugar de esperar a que Rossie nos abra la puerta de atrás.
-Dios, Nightmare. ¿Qué rayos le ha pasado?-pregunta Bill nada más verle.
-Lo del hombro han sido simpatizantes. Lo del brazo le ha pasado por idiota.
-Así que has sido tú, ¿cierto?
Bufo con molestia, pero le ayudo a subir a Kyle por las escaleras y a tenderlo en el sofá. Rossie llega con una manta, y lo cubre con ella como buenamente puede. Él le sonríe, y levanta el brazo bueno para acariciarle la cabeza.
-Gracias, pequeña.
Ella le sonríe, y yo observo la escena. Es difícil no cogerle cariño a Rossie, es una niña maravillosa.
Cuando Bill vuelve de la tienda con un frasco y vendas limpias en la mano, la pequeña va hacia la verja donde está la cabrita, entra allí y se sienta a su lado.
-Ayúdame.- me pide Bill. Yo me quito la capa y con uno de mis cuchillos rasgo las vendas de las heridas de Kyle. La del hombro está infectada, pero sé que Bill podrá curarlo. Le tiendo un cinturón viejo al muchacho, y él se lo coloca entre los dientes. Sin embargo, no puede evitar gritar ahogadamente cuando el desinfectante cae sobre su piel. Bill le venda el hombro, y seguidamente vierte el mismo líquido en el agujero del brazo. Cuando acaba de vendárselo, Kyle está pálido y sudoroso, y le tiemblan las manos. Bill le da agua y le pide que descanse. Se acerca a mi, y yo me levanto del suelo, que es donde estaba jugando con Rossie, y le escucho.
-Puede quedarse aquí mientras se cura, si sale ahora morirá.
Asiento con la cabeza, y me vuelvo a poner la capa dispuesta a irme. Rossie me abraza y se va a dormir, y Bill baja a ordenar y cerrar la tienda hasta mañana. Estoy a punto de bajar por las escaleras hacia la puerta de atrás cuando oigo una voz.
-Espera...no te vayas.
Me giro hacia él. Tiene una mano extendida hacia mi, pero está tan débil que no tiene fuerza para mantenerla en el aire. Me acerco y me agacho al lado del sofá.
-¿Qué quieres, Kyle?
Con mucho esfuerzo, posa la mano sobre la mía, y me aprieta ligeramente los dedos.
-Quédate conmigo...-murmura, antes de caer dormido.
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Simpatizante
Teen FictionNightmare es la asesina más buscada de la ciudad. Lleva dos años buscando a un simpatizante, aquel que mató a Tessy. Se supone que los simpatizantes son la policía, pero hace mucho que Nightmare ha dejado de creer eso. Sabe que no descansará hasta q...