Me quedo bloqueada, y a la vez que lo envuelvo cautelosamente con los brazos, frunzo el ceño. Zarpitas queda entre los dos, lo noto moverse. Debe estar en la camisa de Zhen. El niño se separa, pero mantengo las manos en sus hombros, con una rodilla apoyada en el suelo.
-¿Qué te pasa, Zhen?
El niño baja la vista al suelo, y se quita al gato de dentro de la ropa y me lo tiende. Yo se lo paso a Nathan, que lo mira con horror, pero al ver mi mirada se da cuenta de que tiene que cogerlo. Vuelvo a mirar al niño, que me responde con voz calmada.
-Mi padre era un simpatizante.
Abro mucho los ojos, y retiro las manos de los hombros de Zhen con tanta velocidad que casi caigo hacia atrás. El pequeño se lanza hacia delante, terminando de tirarme. Sin embargo, antes de que mi cuerpo impacte contra el suelo, Nathan se arrodilla y mi espalda toca contra su pecho. Zarpitas se mantiene calmado en su mano, es tan pequeño que solo necesita su palma para cogerlo. Zhen intenta apoyarme las manos en los labios para que no lo interrumpa, pero acaba poniéndome las manos en la frente.
-!Espera, espera! Padre era malo conmigo, nunca me quiso. Una de las criadas me contó sin querer que le pegaba a madre por haberse quedado embarazada. Cuando yo era pequeño, me golpeaba con el atizador, ¿ves?- se levantó la camisa, dejando ver una horrible cicatriz en su pequeño costado.-Y madre a veces me defendía, pero padre le dijo que yo era un inútil y que lo mejor habría sido no tenerme, así que acabó por creerle.- me mira a la cara (al pecho de Nathan), y yo me sigo viendo reflejada en sus gafas oscuras.- Gracias por no dejar que me vuelva a hacer daño.
Siento que el corazón podría derretírseme en cualquier momento. No entiendo cómo puede pensar así, pero eso solo hace que quiera protegerlo con más fuerza. Me levanto rechazando la ayuda de Nathan y tomo al niño en brazos.
-No hay de qué, Zhen.
Él se apoya contra el hueco de mi cuello, dejando caer su bastón. En un reflejo lo atrapo, y lo meto en el saco con el resto de cosas. Sin perder un segundo más vamos hacia la puerta atravesando la galería tras decirle a Nathan que coja el saco con las cosas de Daira. Parece que por fin saldremos de aquí, pero él se detiene cuando no doy muestras de salir hacia el camino de tierra clara.
-¿A dónde vas? La salida es por ahí.
Me giro poniendo los ojos en blanco.
-Claro que sé que es por ahí, idiota, pero ellos también lo saben. Tenemos que salir por otro sitio, no tengo ganas de que me pillen aquí. Estarán esperándonos, así que por una vez en tu vida deja que sea yo la que te guíe, ¿vale?
Él asiente, y al final decide seguirme. Atravesamos todo el pasillo, y voy notando que la zona a la que estamos accediendo no es tan lujosa. Subimos unas escaleras desgastadas y acabamos frente a una puerta gris. A nuestra izquierda hay un pasillo que termina en otras escaleras. Empujo la puerta sin dudar, y sonrío cuando veo que mi intuición ha sido correcta. Estamos en la cocina de la otra ala, pero lo que realmente me importa es la ventana que hay enfrente. Es la ventana por la que me asomé el día que vine por primera vez, y mi sonrisa se hace más amplia al ver que no hay cristal, sino que simplemente está cubierta por un plástico transparente. Mi mente viaja hacia el simpatizante que maté desde la ventana, que es la razón por la que no hay cristal ahora. Rememoro mi flecha clavándose en su ojo, fue un tiro espéndido.
Avanzo hacia la ventana y con la mano que no está sujetando a Zhen me saco el cuchillo del cinturón y rasgo el plástico de un golpe seco.
-Zhen, necesito tener las dos manos libres, vas a tener qu...-me interrumpo al ver que el niño se ha dormido, las gafas se le han descolocado al estar apoyado en mi hombro. Le tiendo al pequeño a Nathan tras guardar el cuchillo en su funda, y le quito las gafas para guardarlas en el saco con las cosas de Daira, tras envolverlas en mi peluca. Sin perder más tiempo, agarro el saco y atravieso la ventana, cayendo limpiamente al suelo de hierba. Alargo los brazos y vuelvo a coger a Zhen, Nathan me lo tiende con cuidado. Cuando veo que él también cae al suelo, avanzo hacia el surco que va al seto. Nathan me adelanta, sabe a dónde vamos porque, al fin y al cabo, me vio huir aquella noche.
Se detiene cuando ve la luz de la Gran Calle.
-Si nos ponemos de pie nos verán. ¿Cómo haremos?
Por la cara que pongo, Nathan descubre que no lo había pensado. La verdad es que no había contado con tener que aguantar a un niño y a un muchacho en el camino de vuelta, así que no tengo ni idea de cómo vamos a ingeniárnoslas para pasar. Sin embargo, no oigo demasiado ruido, así que antes de poder arrepentirme y que Nathan pueda detenerme, echo a correr sujetando al niño contra mi cuerpo, inclinándome hacia delante para que la capucha me cubra un poco más. No oigo ninguna voz de alarma, así que supongo que está dando resultado. Cuando atravieso el puente cierro los ojos con fuerza, rogando que nadie me vea.
Acelero un poco más, con cuidado de no caerme al río. Cuando me doy cuenta casi me choco contra el seto. Freno justo a tiempo, y el polvo que levantan mis botas mancha las hojas más bajas del seto. Me arrodillo en el suelo y meto mi mano libre entre las ramas, pero no puedo encontrar la que acciona la trampilla. Me doy la vuelta para ver a Nathan arrastrándose hacia mí, tirando del saco y del gatito. Ha sido lo suficientemente inteligente como para avanzar pegado al suelo, y en el tiempo que él tarda en llegar hasta nosotros, apoyo suavemente al niño en el suelo. Acto seguido me encaramo al seto, y voy escalándolo con cautela. Cuando estoy a dos metros de altura, Nathan llega hasta Zhen. Lo toma en brazos y se agacha tras dejar al gato sobre el saco, atento a mis movimientos. Sigo con la ascensión, pero en un momento dado, el pie se escurre de la rama en la que estaba apoyada, y en mi intento por volver a subirme, la bota se me cae.
Miro hacia abajo, y veo a Nathan alargando la mano. Mira hacia arriba y veo que me saluda con la bota. Suspiro con alivio, no quiero ni pensar en lo que me costaría volver a conseguir otras botas. Por suerte, el cuchillo permanece sujeto en mi calcetín. Sigo avanzando, pero al apoyar el pie descalzo en la rama, la punta del cuchillo se me clava en la carne. Me muerdo los labios, porque ahora estoy a la altura de la Gran Calle y si grito probablemente me oigan. Sujetándome con una sola mano, me quito el cuchillo del calcetín y lo sujeto entre los dientes. Sigo subiendo, pero ahora dejo una marca de sangre en las ramas donde me apoyo. Cuando llego arriba, solo pierdo tiempo bajando algo más de la mitad del seto, cuando estoy a dos metros y medio me dejo caer. El pie que está descalzo me punza de dolor, pero sin hacer caso me quito el cuchillo de la boca y acciono la trampilla tras ponerme la capucha.
-Nathan- llamo.- Rápido, por aquí.
Él me pasa al niño con cuidado, pero yo niego y extiendo la mano. Él suspira, pero me da mi bota. Vuelvo a calzarme y tras colocar el cuchillo en su sitio, sí que acepto al niño. Mientras yo lo acomodo para que no despierte, él se las ingenia para pasar por el diminuto hueco del seto, arrastrando el saco y a Zarpitas. Una vez que se ha puesto de pie, nos fundimos con las sombras.
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Simpatizante
Teen FictionNightmare es la asesina más buscada de la ciudad. Lleva dos años buscando a un simpatizante, aquel que mató a Tessy. Se supone que los simpatizantes son la policía, pero hace mucho que Nightmare ha dejado de creer eso. Sabe que no descansará hasta q...