Rossie todavía tiene la cabecita apoyada en el hueco de mi cuello cuando me acerco para abrazar a Bill. Lo hago solo con un brazo, porque el derecho sostiene a la niña, que tiene las piernas alrededor de mi cintura. Bill nos espachurra a las dos con sus gruesos brazos.
-Menos mal, Nightmare. Creí que no te volvería a ver con vida.
Yo sonrío, estoy de buen humor a pensar de lo que sucedió hace unos instantes.
-Ya sabes que soy difícil de matar, viejo granuja.
Él ríe, pero sus ojos negros como trozos de carbón me inspeccionan, buscando heridas. Niego con la cabeza cuando mi mirada bicolor encuentra la suya.
-Estoy bien, Bill.
Asiente con la cabeza.
-En ese caso, voy a buscar el desayuno. Probablemente tengas hambre.
Afirmo con la cabeza cuando oigo a mi estómago rugir. Dejo a Rossie en el suelo, estoy débil todavía y no puedo cargar mucho peso. Ella va corriendo a junto Kyle, que todavía está clavado en el suelo por mi puñal. La pequeña lo agarra con las dos manos y tira de él para tratar de liberarlo.
-Rossie- llamo.- Suelta eso. Ya voy yo.
Ella me hace caso y deja que yo sea la que retire el puñal del suelo de madera. Antes de soltarlo se me pasa por la cabeza cortarle otra vez, pero creo que ya ha entendido que no debe volver a besarme.
Kyle se levanta del suelo con cuidado, todavía le sangra la nariz. Iniciamos una batalla de miradas de la que soy la ganadora. Suspira y se sienta en el sofá, con ademán cansado. Oigo que Rossie va al baño con pasitos rápidos, y para mantener la mente ocupada me dirijo hacia la ventana. La luz de la tarde me acaricia el pelo, y cierro los ojos, suspirando.
Dos días...he estado dos días inconsciente. Los simpatizantes deben creer que he muerto.
Se me dibuja una sonrisa en la cara al darme cuenta de eso. Si piensan que no he salido con vida, tengo una ventaja muy grande sobre ellos ahora mismo. Kyle mira con extrañeza mi sonrisa, pero me da igual que crea que estoy loca. El pensar en esa ventaja me ha alegrado el día.
Me vuelvo cuando Rossie regresa del baño con un trapo empapado en agua. Va hacia Kyle, que todavía tiene la mano sobre la nariz, y le limpia la sangre de la cara. Cuando considera que ya está lo suficientemente limpio, se lo da y luego le señala la nariz. Kyle me mira, pidiendo ayuda. Estoy tentada de no decirle nada, pero no quiero echar por tierra el esfuerzo de Rossie.
-Es para tu nariz. Para que deje de sangrarte.
Él le sonríe a la niña, que le palmea el muslo.
-Muchas gracias, Rossie.
Ella se encoge de hombros y va hacia su cabrita blanca, que duerme plácidamente sobre su cama de paja. Mis piernas empiezan a cansarse de estar de pie, así que voy hacia una de las sillas y me dejo caer en ella. Pongo los brazos sobre la mesa y apoyo la frente en ellos. Todavía estoy muy débil. Levanto la vista cuando Bill posa un cuenco con leche y pan frente a mi. Después deja también un plato con unas galletas y queso, y Rossie trae una servilleta con unas moras. No sé de dónde las habrá sacado, pero tengo tanta hambre que ni pregunto.
Bill también trae una camiseta gris para Kyle, la suya azul ya está destrozada. Se cambia en el salón, de espaldas a nosotros, y yo me horrorizo y me asombro a partes iguales cuando veo las terribles cicatrices que le cruzan la espalda. Yo tengo más distribuidas por los brazos, el vientre y los costados, pero no son tan largas ni tan profundas. Me pregunto qué clase de objeto pudo dejárselas, y se me vienen a la cabeza un látigo o una fusta.
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Simpatizante
Teen FictionNightmare es la asesina más buscada de la ciudad. Lleva dos años buscando a un simpatizante, aquel que mató a Tessy. Se supone que los simpatizantes son la policía, pero hace mucho que Nightmare ha dejado de creer eso. Sabe que no descansará hasta q...