Simpatizante

Capítulo 36

Cojo la capa, el arco y el carcaj. Nathan me observa con extrañeza en los ojos. Quiero salir ya, faltarán como mucho un par de horas para el anochecer y necesito encontrar el mejor lugar para disparar. Le acaricio la cabeza a Rossie, y le digo a Zhen que cuide a Zarpitas. Le indico a Nathan que baje porque lo seguiré ahora, y me agacho frente al colchón. No quiero alargar esto más de lo necesario, pero necesito que Rossie confíe en mí una vez más.

-Escuchadme. Os vais a quedar con Nathan porque yo tengo que pasar la noche fuera. Volveré por la mañana, y hasta que eso pase quiero que cuidéis el uno del otro, ¿de acuerdo?

Ambos asienten con la cabeza, y me duele el pecho al pensar que les estoy ocultando que hay una posibilidad de que no vaya a volver jamás.

Sigo a Nathan a la planta baja, no quiero que los niños nos oigan. No hay necesidad de asustarlos más de lo que ya están. No me gustaría darle esperanzas a Rossie de que puedo salvar a su padre cuando hay posibilidades de fallar. Él se sienta en las escaleras, mientras yo estoy de pie frente a él. Me escucha con atención mientras le explico lo que quiero hacer, y luego se pasa una mano por el pelo, desordenándose el flequillo.

-Sabes que si esto no sale bien morirás.

Bufo con molestia.

-He arriesgado mi vida muchas otras veces, lo único que necesito es que me digas si puede funcionar.

-Sí, tienes posibilidades, pero no sé cuál será el modo en el que se llevará a cabo la ejecución. Si es una muerte por cortes tendrás margen si disparas al verdugo, pero si es un ahorcamiento puedes acabar muy mal.

Trago saliva al imaginarme a Bill y a Kyle en esas situaciones, pero sacudo la cabeza rápidamente para deshacerme de esos pensamientos.

-No necesito ese tipo de distracciones. Solo tengo que ir allí y conseguir matar a todos los que pueda sin que me alcancen ni maten a esos dos.

Me mira a los ojos, su mirada gris se oscurece.

-¿Y qué pasa si te pillan? ¿Quien va a cuidar de esos dos?- dice, señalando a la planta de arriba, donde sé que Rossie y Zhen juegan tranquilamente con Zarpitas.

-Por eso precisamente te vas a quedar con ellos. No necesito ayuda para hacer lo que tengo que hacer esta noche, y no quiero dejarlos solos. Pero te lo advierto- añado, acercándome a él amenazadoramente, inclinándome para que mis ojos queden a la altura de los suyos- como les pase algo y me entere, me encargaré de que una muerte por ahorcamiento sea tu mejor sueño.

Me mira, entre asustado y preocupado.

-¿Pretendes ir sola?

Me cruzo de brazos y me alejo de él otra vez, estoy empezando a cabrearme.

-Y qué creías, ¿que iba a llevarte a ti, cuando que eres un niño rico se nota a la legua? ¿Que lleve a Zhen, que aún va vestido de baile? ¿A Rossie, cuyo padre podría morir si fallo? No, no necesito ningún tipo de carga, y tú vas incluido en esa definición. He estado sola desde que me abandonaste y ha quedado claro que no necesito ayuda de nadie.

Se acerca a mí, levantándose del escalón, y me agarra por los hombros, con el ceño fruncido.

-¿Abandonarte? Aline, yo nunca te habría abandonado... recuerdo tan bien como tú la época en la que estuvimos juntos, y sabes que nunca podría haberte dejado sola, porque yo...

Le doy un bofetón que no se espera. Lo golpeo tan fuerte que mi palma arde, el sonido seco resuena en la sala vacía. Da un par de pasos hacia atrás y se lleva la mano a la mejilla, que ha enrojecido bruscamente. Me mira con incredulidad, pero tengo tanta ira acumulada que no he podido controlarme. Sin embargo, me las arreglo para que mi voz salga con una calma espeluznante.