Doce años después.
Mi corazón late alocadamente. No quiero llegar tarde, nunca lo he hecho, pero hoy he tardado en decidir si iba a venir. Atravieso el seto ayudada por mi capa negra, la capucha me oculta, aunque sé que desde hace tiempo nadie me lo va a impedir. Avanzo por las calles que formaron parte de mi vida pero que tuve que dejar atrás hace ya tanto tiempo. Casi no vengo por aquí, los recuerdos aún son dolorosos. Evito a toda costa tomar la ruta que conduce a aquella casa, he llegado a pensar que no podré superarlo.
La luz del sol empieza a ser visible, y maldigo entre dientes. Aferro con fuerza el objeto sujeto dentro del paño que llevo en las manos. No puedo permitirme perderlo. Acelero mi carrera, las botas son útiles. Desde que pude expresarlo he querido unas así. La capucha amenaza con escurrirse, así que alargo la mano y la sujeto para que oculte mi rostro. No sé porqué lo hago, supongo que las viejas costumbres prevalecen. Salgo de la antes llamada zona pobre hacia los campos, y al ver el pequeño bosquecillo de sauces llorones no dudo en internarme en él.
Aún no hay demasiada visibilidad, pero conozco el camino. He venido todos los días, así que sé dónde tengo que pisar para no caer. Después de unos minutos salgo a un claro en el que hay un gran sauce cuyas ramas se mecen con la suave brisa acariciando la hierba del suelo, y a sus pies tres placas de piedra pulida. Me acerco con respeto y me retiro la capucha, dejando que parte de mi melena de rizos rubios caiga a mi espalda, los mechones que deberían caer a los lados de mi cara están sujetos por el palillo de pelo plateado. El vestido que llevo es de seda azul y sé que fue costoso, pero no puedo evitar agacharme y recoger flores silvestres blancas, sin soltar el objeto que está en el paño. Con ellas en la mano me acerco hasta la placa que está a mi izquierda. Me arrodillo ante ella y deposito unas cuantas flores junto a la placa. Nunca la conocí, pero sé que para ella era importante, así que hago lo que ella habría hecho de haber estado. Acaricio con los dedos el nombre grabado delicadamente en la piedra.
TESSY
No pronuncio palabra, entiendo que no soy a la que le corresponde decir nada. Me levanto y cruzo el claro hasta la placa de la derecha. Ambas están a cinco metros la una de la otra. A él sí lo conocí, me parecía un chico simpático y lamenté mucho su muerte cuando pude comprender lo que había hecho. Dejo las flores que me quedan junto a su placa.
NATHAN
Le dedico un pensamiento, agradeciéndole una vez más haber intentado salvarnos, lamentando que su vida se hubiera truncado de un modo tan cruel. Fue importante para mi, pero sólo siento presión en el pecho cuando me dirijo a la tumba que está en el medio. No quise que grabaran su apodo, sé que se sinceró conmigo y con Zhen aquel día porque quería que la conociéramos tal y como era ella.
ALINE
Me quito la capa y la extiendo en el suelo, frente a la placa, para sentarme encima. Dejo el paño a mis pies, y me abrazo las rodillas. Ha sido mi rutina durante todos los días de estos doce años, pero hoy me siento distinta. Como siempre, empiezo a hablar, pero mi voz tiembla demasiado.
-Hola, Aline. Es muy raro estar aquí hoy, ¿sabes?- sonrío con tristeza.- Hoy cumplo 18 años. Sé que te habría gustado verme, pero es raro pensar que tengo la misma edad que tú. Ya no soy la pequeña, ¿eh? El año que viene seré mayor de lo que eras tú.
Tomo aire, esa idea me asusta. Lo bueno y malo de los muertos es que no envejecen en la memoria de los vivos. Cuando yo sea una viejecita arrugada y canosa, cuando ya la edad curve mis piernas y no pueda caminar, cuando mis ojos tengan tantos años que dejen de ver, seguiré recordando a Aline tal y como era, con dieciocho. Me habría gustado que me viera crecer, que me viera mejorar poco a poco en el lenguaje. Zhen ayudó mucho con ello, fue mi profesor personal antes de que yo escogiera a un mentor. Desde aquel día mi vocabulario y voz fueron mejorando muy rápido, ahora ya hablo con normalidad. Se me cristalizan los ojos, pero continúo hablando.
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Simpatizante
Novela JuvenilNightmare es la asesina más buscada de la ciudad. Lleva dos años buscando a un simpatizante, aquel que mató a Tessy. Se supone que los simpatizantes son la policía, pero hace mucho que Nightmare ha dejado de creer eso. Sabe que no descansará hasta q...