CAPITULO 2 UN REENCUENTRO INESPERADO

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El destino es cruel, el destino es irónico, el destino no es nuestro aliado pero tampoco es el enemigo, nuestro propio enemigo es a veces terceras personas, nuestros problemas, nuestras decisiones son las que nos llevan a los giros del destino más crueles y molestos, caminos llenos de obstáculos y llenos de dolor, dolor que a veces parece no acabarse, jugadas que parecen aferradas a seguirnos lastimarnos y a veces reencuentros donde no deberían suceder, situaciones que nunca debimos sufrir, momentos que nunca debieron pasar pero el pasado siempre será el pasado y nada podemos hacer con ellos, solo podemos aceptarlo y vivir con las malas decisiones de otros o más bien de nosotros mismos, vivir con nuestros errores y con eso que nos llevó a lo que somos ahora, porque de algo si debemos estar seguros, el destino no es nuestro aliado pero nuestro presente es lo que debemos disfrutar y vivir con él, ser aliado de este porque es todo lo que tenemos, pasado ya fue, y el futuro...el futuro es incierto y de alguna forma se forja con el presente, por eso este es el único aliado que tenemos.
A.B.A

Candy despertó cuando fue tirada a la tierra, estaba oscuro no sabía dónde estaban, al recuperar un poco la visión vio a lo lejos un joven que se le acerco de inmediato, al parecer era más pequeño que ella, eso parecía, le miro y vio reflejado su mismo temor e incertidumbre de no saber hacia dónde se dirigía cuando de pronto cayo a su lado otras mujeres pero una de ellas la tomo de la mano.

-¿Estas bien?
-Si...eso...creo -Susurro roncamente sentía la garganta seca
-Mañana llegaremos al destino con el capitán y no quiero que lleguen sin comer o beber algo, ahí tienen -Dijo un hombre sucio, arrojándoles pedazos de pan y una botella de agua.

De inmediato todas se arrojaron por el alimento y el agua.
-Vamos antes de que nos ganen -Dijo la joven pelirroja sujetándola de la mano para acercarse al lugar.

Después de que pudieran tomar algo se acercaron al joven quien parecía herido de la pierna y Candy le ofreció pan -¿Cómo te llamas? -Pregunto ella algo tímida

-Mi nombre es Sam
-Mucho gusto Sam, yo soy Candy -Dijo la rubia sonriéndole melancólicamente -Sabes ¿Quiénes son? ¿A dónde vamos?
-No lo sabemos tampoco Candy -Intervino la pelirroja mirándola con tristeza pero con seguridad, valor para lo que debía enfrentar, en su vida siempre tuvo que ser así -Nos secuestraron

-¿Secuest...?
-Si -Interrumpió la joven -Mejor come porque seguramente nos llevaran a otro lado a primera hora -Comento la joven -Por cierto mi nombre es Jenny
-Mucho gusto, Jenny -Dijo la rubia desanimada mientras trataba de comer.

¿Qué es lo que pasaría? ¿A dónde iría? Ella debía haber regresado con Albert o quedarse con Terry, pero ni una ni otra ocurrió, Annie y Archie seguramente se preocuparían y... ¿Stear?, suspiro tristemente mientras miraba el fuego consumirse lejos de ellos pues ahí estaban aquellos hombres riéndose y mirando hacia ellos, como si estuvieran esperando algo.
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Terry después de que anocheció decidió hospedarse en alguna posada cercana, se había internado en aquel desolado lugar por donde el tren pasaba y se había detenido, estaba seguro que los atacantes y pasajeros sobrevivientes estarían cerca pero no había hallado pista alguna de Candy, por lo menos tampoco vio...

-Candy está bien -Se repetía una y otra vez mientras trataba de hallar la posada más cercana después de dar aviso a la policía del vagón que esa mañana había sido tomada por filibusteros.
Entonces llego aquel lugar algo lúgubre y mugriento, pero era lo que necesitaba para tomar un descanso antes de seguir aunque no sabía si podría descansar realmente pero al menos debía bañarse.

-Buenas noches -Saludo al posadero quien le miro con cara de susto, seguramente sus ropas estaban manchadas, pero en ese momento ignoro la expresión del hombre. -Necesito un cuarto por favor -Dijo sacando su dinero -Pásale la noche aquí
-Bueno...señor...yo
-¿Algún problema? -Pregunto Terrence molesto
-No ninguno -Dijo el hombre saliendo detrás de la barra -Sígame

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