CAPITULO 24 LA IRONÍA DEL AMOR II

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CAPITULO 24 FIESTA DE COMPROMISO Y UN INVITADO INESPERADO I

DECISION TOMADA

A veces comprender a las personas es muy complicado más cuando son nuestros hijos, no alcanzamos a comprender que es lo que puede cruzar por su mente, a veces como padres no logramos a comprender algunas cosas olvidándonos por completo que nosotros mismos las padecimos o padecemos, sin importarnos el motivo de la causa por la que nuestros hijos son así, juzgamos sin comprender, condenamos sin detenernos a pensar que solo quizás, tal vez hay un motivo detrás del disfraz que ellos usan para cubrir con delicadeza y ternura su seguridad, sentimientos, etc.

Quizás tal vez si no quisieran siempre tener el control de todo y no quisieran solo ver lo malo, quizás se darían cuenta aquellos seres que aman tanto a los que por mucho tiempo vieron como sus pequeños, se darían cuenta de que podrían saber porque el disfraz e incluso puede ser que soliciten la ayuda que a veces por falta de confianza y de fe que no serán juzgados no se acercan…

Solo si quizás no desearían tener la razón siempre.

A.W.A

Era ya viernes, pronto todo el mundo sabría que sería esposa de un joven que absolutamente nadie conocía, que en el fondo ella misma desconocía y a la vez conocía mejor que cualquier otra persona, eso en teoría, solo sabía lo que realmente era y que en el fondo pero muy en el fondo parecía un ser hermoso y dolido, como cuando una flor es marchitada por la falta de amor y cuidados.

Suspiro mirando por la ventana, hacía varios días que Neil estaba lejos de la mansión su padre aparentemente se había dedicado esos días a que aprendiera a usar la Flissa para el domingo que se batería a duelo con Armand, lo cual le preocupaba pero no por el rubio si no por Neil, seguramente no podría con un filibustero.

Borro ese pensamiento, pero lo que si es que desde que paso lo que paso deseaba más que nunca que alguien muriera, eso no era un buen pensamiento pero Neil había sido capaz de terminar su cometido de no ser que comenzaron a escuchar pasos y ruidos, pero aun así había ultrajado su cuerpo tocando partes íntimas, aun sentía miedo en las noches, seguramente no se irían las pesadillas como la de aquella noche.

Y debía reconocer que dos veces la habían salvado pero quizás no habría una tercera, por eso opto por encerrarse en su alcoba y prácticamente no salir de ahí más que para ver a sus primos.

Stear estaba raro y molesto por lo que paso pero su comportamiento pensaba ella no era solo por eso, había algo mas pero no había querido hablar del tema de Patricia Grandchester desde que regreso.

Sintió molestia al pensar en ella. Sabía que no era culpa de su amiga pero pudo decírselo antes de enterarse por periódicos, pero ¿Cómo lo habría hecho? En realidad solo buscaba echarle la culpa a alguien y no aceptar que todo también había sido parte su responsabilidad por no pensar bien, por no luchar, por ser a veces tan buena.

-Candy

-¿Albert?

La rubia inmediatamente se puso de pie, para poder abrirle la puerta al rubio que tanto anhelaba que estuviera pues estaba al borde del colapso lo que nunca imagino es que viniera acompañado y no por cualquier persona.

-¡¿Terrence?!

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Armand miraba con molestia al hombre que tenía enfrente de él, no podía creer que hubiera persona más ruin y fatal como esa mujer, realmente la aborrecía, no le agradaba la detestaba. Si pudiera…

-Ya sabes que hacer ¿No?

-No voy a desaparecer para siempre a nadie –Dijo firme el rubio –Que se conforme la señora Tales que Candy desaparecerá de su vida y… -Armand susurraba molesto conteniéndose lo mejor que podía, llevaba su paliacate y vestimenta que acostumbraba en el navío, esperando que nadie lo reconociera.

GIROS DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora