GIROS DEL DESTINO

CAPITULO 38 ARREGLOS I

CAPITULO 38 SORPRESA

CAPITULO 38 LOS SENTIMIENTOS DE CANDY

La vida es un misterio que no se puede resolver, como el amor es demasiado incomprensible irracional y misterioso pero a la vez tan hermoso, es la belleza de la vida, este camino tan tenebroso y tan difícil de sobrellevar, donde lo más hermoso es vivir, disfrutar es vivir, vivir es arriesgar, amar es tener vida y sentido a la misma irracionalidad.

El amor es un sentimiento demasiado irracional y por demás esta decir que por supuesto es el menos comprensible de todos, donde la mente y la razón no caben, ni el corazón nunca tiene la razón pero ¿que es la razón entonces? ¿Como decidir algo que puede dar un giro a nuestro destino? Pero ¿Quien decide que es y que no es correcto? El bien y el mal, inexistentes pero irracionales y diferentes para cada quien, no hay explicación alguna para nada de esto ni tampoco para los sentimientos.

Entonces ¿Qué es más importante en la vida?

C.W.A

Anthony miraba con preocupación hacia la habitación de la rubia, había mandado a traer un doctor ya que la vio vomitar varias veces después de la primera.

Sabía que seguramente era por lo mismo que ella no había estado comiendo bien en los días anteriores.

Pero...

-Doctor –Se acercó inmediatamente cuando salió -¿Cómo está mi esposa, Doctor?

-Señor Miller, ahora se encuentra un poco mejor pero debe de llevar los cuidados y precauciones necesarias y más ahora por su....estado.

Anthony miro sin entender bien -¿Cómo?

El doctor sonrió tranquilamente antes de responderle la pregunta al rubio.

Anthony sintió un fuerte escalofrió recorrer por su espalda, eso era un pequeño gran problema que nunca debió pasar.

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Elroy miraba a Albert venir y venir por el despacho ordenando que realizaran todo lo necesario a los abogados de la familia para que Anthony Brown Ardley regresara.

No sabía que más hacer, ¿Cómo desaparecerlo en realidad? Ahora resultaba que su plan queriendo que él ya no existiera.

Pero todo le salió mal, solo podría hacer lo que le había propuesto su hija.

Quizás no era nada tan loco.

Debía hacer lo que hiciera falta, Anthony no podía quedarse, eso significaría arriesgar la fortuna que tanto le había costado obtener.

La fortuna de los Brown y la de los Ardley serían suyas, eso es lo que necesitaba, lo que merecía después de todo lo que había pasado, después de todo lo que había pasado su hija y sus nietos también.

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-¿Puedo pasar? –Anthony estaba en el marco de la puerta mirando desde ahí a Candy quien tenía la mirada perdida, por lo que no respondió de inmediato.

-Candy –Ingreso un poco más, lo cual funciono ya que la rubia miro inmediatamente hacia donde se encontraba, pero en cuanto lo hizo las lágrimas se hicieron presente.

-Candy –Se acercó a la rubia, pero esta inmediatamente quiso alejarse –Por favor Candy

-¡No me toques! ¡Ahora....que....esto no...! –Dejo escapar un quejido de dolor por lo que pasaba en su mente