CAPITULO 41 PASIONES II

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CAPITULO 41 TORMENTOS I

DONDE TU CORAZON ESTE AHÍ ESTARE

La vida da mil vueltas, el destino no es el mejor consejero cuando se trata de buscar la felicidad y los giros que el destino puede dar siempre pueden ser infinitos e inexplicables lo único que queda es no perder la fe y sobretodo no perder la confianza en el ser amado, pero ¿Cómo soportar tanto?

¿Cómo se puede aguantar tanto dentro del mismo? Cuando la vida siempre te da un giro de ciento ochenta grados y te lleva a lo inesperado.

A.B.A

Una vez más...

Una vez más lo traicionaba...

Una vez más volvía a caer en las trampas de ella...

Una vez más y con mayor fuerza....

Una vez más pero sería la última vez...

De eso se encargaría.

Anthony miraba con furia a quienes lo estaban sujetando aun, mientras a lo lejos miraba como Albert regresaba y ya no veía rastro alguno de su esposa.

Eso lo estaba enloqueciendo

¿Dónde estaba Candy?

-¡Diles que me suelten!

-No se puede Anthony –Dijo Albert tranquilo y con una tristeza en sus zafiros

-¡¿Y porque no?!

-Porque la ciudad fue atacada por filibusteros –Dijo la señora Elroy acercándose –Y tú eres el principal sospechoso, ya que tu apariencia es idéntica a la descripción que le dieron a la policía.

-El capitán BlackSoul siempre se nos ha escapado pero ahora....no más –Dijo el capitán de la guardia sonriendo maliciosamente hacia Anthony.

-¿Y Candy? –Se dirigió a Albert

-Ella no vio nada

Anthony lo miro una vez más –Yo no soy tan culpable como tú lo piensas en este momento –Sonrió con amargura –Y no me voy a rendir tan fácil

-Sera mejor que si Anthony –Dijo Archie mirándolo con dureza. –No eres bienvenido en esta familia ahora y menos con tus actividades recientes

-Archie

-Lo siento Albert, pero no todos somos tu –Miro de nuevo a su primo –Y no te acercaras de nuevo a Candy, dudo que la vuelvas a ver –Dijo sonriéndole con malicia

Anthony apretó los dientes del coraje.

-Ya llévense a este ladrón –Dijo Elroy mirándolo con una sonrisa de suficiencia

Este solo dejo que lo halara, si esa señora creía que le podía desgraciar la vida una vez más, estaba totalmente equivocada.

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Stear miraba con furia a los filibusteros que estaban frente a él, tenía el labio ensangrentado y lo único que le preocupaba en ese momento era su esposa, esperaba que haya podido huir, ya que en cuanto le grito e intento detener a los filibusteros todo se oscureció al recibir un golpe.

-Muy bien vámonos –Dijo uno de los hombres

-Oye pero y los otros...

-Los podemos vender

-Pero la señora Tales solamente pidió retener a...

-Lo sabemos, pero del resto podemos sacar plata y a este solo hay que encerrarlo.

GIROS DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora