— "Michael, si estás leyendo esto, por favor quédate en la casa: afuera no es seguro. Salí a buscarte con los chicos, pero tarde o temprano volveremos, atentamente: Stan" – leyó Paul en voz alta la nota que mi hermano había dejado sobre el refrigerador.
Sentí un enorme alivio al enterarme de la situación de mi hermano. No lo habíamos encontrado, como hubiera preferido, pero descubrir que estaba sano y a salvo me era suficiente. Observé a Cari incomodo: ¿era extraño sentirme culpable por que mi familia sí seguía con vida?
— ¿Ahora qué haremos? –preguntó Paul.
— Lo acabas de leer tú mismo –respondí.
— ¿"Los chicos"? –repitió Paul confundido.
— Roger y los otros.
— Bueno, no sabemos cuándo volverá Stan –explicó Paul—. Ni siquiera sabemos si volverá.
— Fue a buscarme, seguramente fue a tu casa...la casa de Cari, la escuela...no lo sé, volverá. Lo sé.
— Bueno, igual necesitamos algo de comida. Lo único que dejó en el refrigerador fue este pedazo de papel –se quejó Paul mientras inspeccionaba el frigorífico.
Hice una mueca.
— En realidad, lleva así cerca de una semana –admití—. Habíamos estado comiendo comida rápida.
Paul frunció el ceño.
— Hay que conseguir comida.
— Tienes razón, ¿qué opinas, Cari?
La chica se encogió de hombros.
— Supongo.
— Bien, el supermercado no está demasiado lejos.
— ¿Por qué no les robamos a tus vecinos? –preguntó Cari.
— Más de la mitad de las casas estaban abandonadas, solo existen para ser ocupadas en vacaciones. Hasta dónde sé, la de a un lado podría haber pertenecido a algún asesino o algo por estilo. Prefiero gastar unos minutos más yendo supermercado.
— El supermercado está cerca, no perdeos mucho con ir –apoyó Paul—. Además, ahí tenemos la certeza de que encontraremos una buena cantidad.
— En caso de que no los hayan saqueado ya –sugirió Cari.
— Lo dudo, la gente fue evacuada al aeropuerto...luego deberíamos considerar la idea de ir allí –añadió Paul—. Amigo, sé que es tu hermano, pero si no aparece pronto...
— Vamos al aeropuerto –asentí.
Antes de partir, comprobamos que no hubiera agua en la casa: todos queríamos darnos el baño que no pudimos tomar en casa de Cari por culpa de la persecución. Me sentía sucio y temía que oliera demasiado mal, lo mínimo que pude hacer al respecto fue cambiarme la ropa. Ofrecí prestarle algo a Paul, pero ambos concordamos en que nada mío le entraría al chico, por su parte, Cari aceptó una playera mía que le quedaba enorme, pero al menos al algo. Al entrar en mi habitación, una ola de melancolía me golpeó en la cara. No había pasado mucho tiempo desde mi última vez allí, pero se sentía como su fuesen siglos enteros.
Observé con tristeza mi mesita de noche, dónde descansaba mi foto familiar más reciente, antes del accidente. Observé a mis padres rodeándonos a mí y a Stan con el brazo. Pensé en lo mucho que me hacían falta. Aunque al final, estaba de cierto modo agradecido: ellos no estaban viviendo todo ese lío de terror. Junto a esta, había otra fotografía, no debía tener más de un año: Paul, Cari, Ion, Kevin, Bernard, Alex y Valery, sonreíamos a la cámara. No pude evitar sentir preocupación por todos ellos, ¿seguían vivos acaso? Al final, abandoné el cuarto con el presentimiento de que no volvería en mucho tiempo.

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Virus Letal I: La Infección
Science FictionTodo comenzó cuando a media clase de Historia las explosiones aparecieron por todo el cielo. En un párpadeo, la ciudad ya era caos total con la aparición de un extraño virus que convierte a las personas en...dios, no quiero ni pensar en esa palabra...