Al menos una decena de servuks se acercó lentamente hacia nosotros. Todos con el mismo aspecto putrefacto y desprendiendo ese asqueroso aroma a animal muerto. Jessica fue la primera en reaccionar disparando contra ellos, pero apenas logró acertarle a un par. Comenzamos a retroceder lentamente sin llegar a correr, ya los habíamos visto en acción y definitivamente no les ganaríamos una carrera.
Antes de que Cari pudiera disparar su arma, la furgoneta blanca salió de la esquina a una gran velocidad y arrasó al menos a la mitad del grupo. Los Servuks restantes cayeron al suelo dejando tiñendo de rojo el suelo, cuando fueron abatidos desde las ventanillas. Todos nos quedamos petrificados. ¿Realmente estábamos listos para una misión así?
La puerta del copiloto se abrió con brusquedad y Jack bajó con fiereza, recargando su escopeta en el hombro. Nos lanzó una mirada fulminante.
— ¿Qué demonios hacen aquí? –nos regañó caminando hacia nosotros—. Segunda vez que los salvo y... ¿Qué hacen aquí?
— Comiendo helado –respondió Jessica con sarcasmo.
Por un momento pensé que Jack utilizaría su escopeta para deshacernos a golpes, pero se contuvo.
— ¿Chicos? ¿Cómo salieron del Colegio? –Kevin bajó por la otra puerta, confundido.
— Queríamos venir con ustedes –dije.
— Corrijo, ellos querían venir con ustedes. Yo quería evitar que cometieran alguna estupidez –respondió Cari cruzando los brazos.
— No tuviste mucha suerte, ¿o sí? –Jack bajó su arma.
— Solo queríamos ayudar –explicó Jessica.
— Bueno, volveremos al Colegio y ayudaran bastante ahí –respondió Kevin—. Yo me encargaré de eso. Más les vale que el plan de Bob funcione, o estarán el resto de sus vidas en detención...
— No –respondió Jack en voz alta—. No podemos volver, perderíamos demasiado tiempo. Será más rápido solo seguir adelante.
Kevin lo miró decidiendo que tan en lo cierto estaba el chico. Pude verlo en sus ojos, nuestro viejo amigo no nos quería llevar con ellos. Jack, por otro lado, solo se estaba desesperando con la situación, esperaba a que terminara pronto para poder seguir con sus cosas en seguida.
— ¿Podemos ir con ustedes? –preguntó Jessica.
— A menos que quieras quedarte aquí a jugar con los muertos... —Kevin se encogió de hombros, poco convencido.
— ¿Qué? – soltó Cari alarmada—. ¿Cómo que no podemos volver?
— Vendrán todos con nosotros, fin de la discusión. Bienvenidos al equipo – respondió Jack poniendo los ojos en blanco, dando marcha atrás hacia la camioneta—. ¡Will! ¡Horace! Vengan conmigo, entraremos a buscar algo de comida para el camino, el resto, espere. Necesitaremos más de la que planeamos...
Observé que Heidy comenzaba a ponerse nerviosa, Paul y Cari se encargaron de calmarla. Por su parte, Kevin me tomó del brazo y me llevó detrás de la camioneta. Pude asomarme dentro y vi a Will junto con otro chico dentro, ambos limpiaban sus armas con cara de fastidio antes de salir con Jack. Tampoco les gustaba la idea de tener que andar cuidándonos durante el resto del trayecto.
— ¿Qué demonios sucede aquí? –preguntó enojado.
— No lo sé, solo queríamos... fue nuestra idea lo de la fiesta de la Navidad, solo que queremos enmendar las cosas. Sé que suena estúpido...
— No suena estúpido, lo es.
— Queremos dejar de sentirnos culpables, queremos hacer algo...
— Michael, esto es peligroso.
— Lo sé.
— No puedo garantizarte que todos volvamos. Lo sabes, ¿no?
Me dio un vuelco al corazón. Jessica y yo estábamos dispuestos a todos, pero ¿qué hay del resto? Ellos solo habían venido detrás de nosotros y ahora estaban encadenados a esta odisea. Me sentí culpable, no debía, ellos habían venido por su propia cuenta. Yo nunca les había pedido que nos siguieran. Sin embargo, no podía evitar sentirme mal al respecto.
— No te preocupes –me dijo Kevin al ver que tardé en reaccionar—. Solo... sigan instrucciones y no se separen.
— De acuerdo –respondí—. ¿Qué tan duro será el castigo?
— ¡Ja! Si este plan de Bob no funciona, bueno, los servuks serán el menor de tus problemas...
Kevin comenzó a hablar hasta salirse del tema, pero yo dejé de prestarle atención. No podía parar de pensar en lo que me había dicho. ¿Realmente era tan probable que no volviéramos todos? Observé a mis amigos del otro lado de la camioneta, reían juntos mientras trataban de romper el hielo y tranquilizarse un poco. Definitivamente no era justo arrastrarlos ahí, Cari acababa de perder a sus padres. Heidy le tenía una gran fobia al exterior. Ni siquiera Paul se veía tan contento. Sí, reían y hablaban, pero en sus ojos podías ver la inconformidad, el miedo.
Quizás no era mi culpa, pero me propuse a hacer todo lo posible por hacer que todos estuviéramos de regreso, sanos y salvo, para ver como Bob transmitía su señal y nos sacaban de la isla.
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Virus Letal I: La Infección
SciencefictionTodo comenzó cuando a media clase de Historia las explosiones aparecieron por todo el cielo. En un párpadeo, la ciudad ya era caos total con la aparición de un extraño virus que convierte a las personas en...dios, no quiero ni pensar en esa palabra...