Unas horas más tarde ya había saltado la bodega del Colegio por suministros básicos, algo sencillo dado que los guardias todavía se encontraban trabajando con los desastres de la batalla. Con mochila llena de comida y mudas de ropa, esperé sentado al borde de la cama entre los ronquidos de mis dos compañeros de cuarto, esperando a que fuera la hora acordada. Y en ese momento comencé a dudar de mi decisión, ¿hacía lo correcto? ¿No era demasiado riesgoso? No, me dije a mi mismo. Me obligué a césar mis pensamientos al respecto y apegarme al plan, ya no habría vuelta atrás.
En cuanto mi teléfono dio las 5:30 am, me puse de pie y me dirigí a la puerta. Antes de marcharme, di un último vistazo a la habitación con una gran culpa sobre los hombros por no avisarle a Paul o a Stan de mi partida, pero estaba seguro qué de hacerlo, no harían más que detenerme. Yéndose en silencio y sin llamar la atención, era la mejor forma de irse.
Me encontré al final del pasillo con Jessica, quien también se había preparado para la excursión. Traía consigo una enorme mochila y un sombrero estilo safari, parecía una turista.
— ¿Conseguiste la comida? –preguntó.
— Si, ¿conseguiste las armas?
— Fue difícil, pero no imposible –señaló su mochila con la mirada.
— Bien, ¿ahora qué? ¿Cuál es tu maravilloso plan?
— Sígueme.
La chica salió de prisa por las escaleras, directo a la explanada.
— Saldremos del Colegio y nos adelantaremos al equipo de Jack –explicó—. Los esperaremos más adelante, lo suficiente para que se nieguen a volver y...
— Se verán obligados a llevarnos con ellos –completé.
— Así, es.
— Creo que veo un problema en tu pequeño plan –le comenté.
— ¿Qué?
— ¿Cómo saldremos del Colegio sin ser detectados? El lugar es una maldita fortaleza, luego de lo de ayer, habrán aumentado la seguridad.
— No lo creo –me comentó—. Aumentarán la seguridad hoy, más tarde, ahora es el momento justo, las defensas siguen fracturadas.
— No creo que esto sea una buena idea...
— ¿Confías en mí?
— ¿Cómo confiaré en ti? A decir verdad, apenas te conozco...
— Cierra la boca, y sígueme.
Fuimos directo hacia el pasillo de la derecha que conectaba ambos patios, comenzaba a preguntarme como evadiríamos el jardín con tantos chicos limpiando el incidente de los Servuks, sin embargo, la chica se detuvo y rodeamos el edificio de la cafetería por detrás, usando un largo pasillo oculto entre la maleza de un enorme árbol.
— No sabía que esto existía. No puedo creer que conozcas mejor que yo mi propia escuela.
— ¿Seguro de que es tu escuela? –me llamó.
Salimos del otro lado del edificio, con el garaje enfrente, que convenientemente, tenía ambas puertas abiertas dándonos paso libre hacia la calle. Pero antes de salir a nuestra aventura, tuvimos que esperar a que se marcharan los dos chicos que estaban cargando una van con cadáveres de Infectados para deshacerse de ellos más tarde. En cuanto ambos desaparecieron en busca de más cuerpos, salimos disparados como rayo hacia la salida.
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Virus Letal I: La Infección
Science FictionTodo comenzó cuando a media clase de Historia las explosiones aparecieron por todo el cielo. En un párpadeo, la ciudad ya era caos total con la aparición de un extraño virus que convierte a las personas en...dios, no quiero ni pensar en esa palabra...