Capítulo 17: "Esperanza"

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Fuimos todos directo a la cueva de Bob, como la llamaba Jack. Una enorme sala debajo de uno del edificio que dividía ambos patios, para ser específicos, bajo la pequeña biblioteca de la escuela. El lugar estaba repleto de viejas computadores desarmadas y cajas llenas de piezas electrónicas. Había una enorme mesa en el centro con grandes planos de futuros proyectos. Bob se paseaba de un lado a otro ordenando sus ideas mientras los otros líderes se unían a la charla, yo solo esperaba que de pronto no nos sacaran a patadas por no ser parte oficial de su concejo.

— Nuestro principal problema es que el gobierno no sabe que estamos aquí.

— Volaron los puentes, cancelaron los vuelos y vigilaron los puertos –repuso Jack—. No creo que les importe mucho sí...

— Si les importa, en las primeras horas evacuaron el segundo distrito. Cuando fue demasiado, cerraron todo y montaron campamentos –recordó Ion.

— En el aeropuerto rescataban a algunos, pero cayó hace tiempo. Fue lo último que supimos de ellos –respondió Will.

— Sí –afirmó Bob—. Porque hasta donde ellos saben, todos los sobrevivientes debían ir al aeropuerto. Si cayó, ya no hay nadie más. Hay que hacerles saber que seguimos aquí, resistiendo.

— Claro que saben que estamos aquí –repuso Ion—. No son idiotas y por eso mismo, no se arriesgarán a sacarnos.

— Por eso, no les avisaremos solo a ellos. A todo el mundo, que la gente se enteré. Que cada persona que con acceso a internet sepa de nosotros, dejemos que ellos hagan el resto. Habrá presión social y podremos salir.

— No lo sé, amigo –dudó Jack escéptico.

— ¿Cómo planeas enviar una señal? Bloquearon las comunicaciones, no hay internet ni teléfonos.

— Podría evadir su bloqueo con una señal suficientemente fuerte, una bengala al cielo.

— ¿Cómo? –pregunté interesado, arriesgando mi presencia en la habitación.

— Ahí va el punto. Necesitaría equipo especial para conectarme con los satélites.

— Estás demente –respondió Ion.

— No puedes hacer eso, apenas eres un año mayor que yo –le contestó Will.

— No me subestimen –advirtió.

— ¿En serio puedes hacerlo? –preguntó Valery.

— Con el equipo adecuado, sí. La computadora hace todo.

— No me gusta cómo suena eso –murmuró Jeff.

— ¿Qué equipo? –preguntó Ion.

— Aquí en la ciudad, en norte, está la TCN. Transmiten porquerías vía satélite a todo el estado y alrededores. A veces, hasta a nivel nacional.

— ¿Tenemos que llevarte hasta allá? –preguntó Jack.

— No en realidad, no sería práctico tener dos campamentos tan separados. La antena debería funcionar bien, para conectarme a la antena que transmitirá al satélite desde aquí... necesito una de esas unidades móviles que tienen.

— La van con la antena en el techo –adivinó Mark.

— Sí, de esas. Utilizando ese equipo podría conectarme a la antena principal y transmitir por satélite lo que yo quiera.

— ¿Podrás atravesar el bloqueo? –preguntó Ion.

— Puedo intentar.

Todos guardaron silencio, analizando la situación. Yo apenas podría procesar la información con todo lo que acaba de pasar.

— Yo voy –se ofreció Jack—. Le traeré el equipo.

— ¡Eso Jackie! –lo animó Bob.

— Si quieres conservar tu cabeza adherida al cuerpo, no me digas así...

— Esta bien, lo apruebo –anunció Ion—. Misión para traer el equipo, Jack... ¿Quién más?

Hubo silencio. Observé que Jessica quería decir algo y utilicé todas las expresiones faciales posibles para detenerla, sin éxito.

— Yo voy –se ofreció la chica.

— No, tu no irás –la detuvo el Führer—. Acabas de llegar... no puedes solo ofrecerte voluntaria y ya.

— Estos no son los Juegos del Hambre –soltó Jeff.

Algunos rieron y la chica se encogió en un rincón, enfadada.

— Como sean, jugos y alambres. ¿Quién más viene conmigo?

— Yo voy.

— Yo también.

— Bien, Jack...Kevin y Will. Será suficiente, busco a otros dos que los acompañen. Jeff y yo cubriremos sus puestos... normalmente, serían unas cuatro horas de viaje.

— Con tráfico, Ion, con tráfico –apuntó Wallace.

— Con tráfico que se mueve –recalcó el chico—. Y sin servuks... les tomará un día, dos como mucho.

— Lo que nos tenga que tomar, si esto nos saca de aquí, por mí está bien –sentenció Jack.

Ion lo miró, preocupado.

— Está decidido, partirán al amanecer.

Virus Letal I: La InfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora