El interior de la camioneta parecía haberse agrandado en solo dos días y descubrí porque, la zona de la cabina había sido desmantelada dejando un enorme espacio libre. Bob, el "técnico" del Colegio, se hallaba sentado frente a una de las computadoras, moviendo algunos botones y palancas. Wallace se hallaba encima, moviendo la antena siguiendo las instrucciones de Bob: "a la izquierda", "a la derecha", "no te muevas, ya casi". Todos estábamos ahí: Paul, Cari, Jessica, Jeff, Mark, Will, Kevin, etc. Ion se hallaba de brazos cruzados, observando la operación.
—Hola niño zombi —me saludó Jessica.
— ¿Tú también? —le respondí, no era la primera que me llamaba así, solo río.
— Vamos, velo como un cumplido, moriste y volviste. Es genial.
— No lo creo...
— Tu estúpido hermano sigue molestando a mi pobre hermana —me interrumpió.
— Como lo siento, intentaré decirle que pare —le prometí—. ¿Y qué te dijo tu hermana de la huida?
— Que estaba más loca que un caníbal— respondió natural—. ¿Qué te dijo tu hermano?
— Que fui un tonto porque pude haber muerto, y curiosamente, lo hice—le respondí.
— ¡La antena esta lista! —anunció Bob alegré.
— Perfecto —concluyó Ion—. Ahora solo falta esperar al resto.
Los demás no tardaron en llegar. Mientras tanto le narramos nuestra aventura a Ion, le contamos lo del león, los edificios administrativos, los caníbales...esta última noticia, lo alertó un poco. Cuando hubieron llegado el resto de los Encargados comenzó todo. Primero, Bob se colocó unos audífonos y comenzó a mover ciertas cosas en la computadora. Había un silencio sepulcral, todos contemplábamos sus movimientos. Entonces abrió los ojos como platos, se detuvo y nos observó.
"Que no sean malas noticias" pensé.
— ¿Algún problema? —preguntó Ion por nosotros.
— Si —respondió Bob—. Esperaba que no funcionara, pero si lo hace.
— ¿Ese es un problema? —pregunté confundido.
—Eso es bueno, ¿no? —me apoyó Jeff.
— Si y no—nos miró como si fuera obvio—. Jack, dices que los Otros se refugiaban en la Estación de Radio.
— Así es —contestó.
— Entonces —explicó Bob—. Mi punto es el siguiente: ellos no querían que lanzáramos la señal de auxilio...
— Exacto.
—...pero ellos tienen el poder de interrumpir las comunicaciones y aun así no lo han hecho —terminó.
— ¿Qué quieres decir?
— Este aparato nos conectará a esa antena, ellos podrían desactivarla o bien, volarla en pedazos, pero no sabemos si ya lo hicieron.
Era cierto. ¿Cómo se nos había escapado?
— ¿Quieres decir que ellos pueden evitar que lancemos la señal desde allá? —preguntó Wallace.
— En teoría...aunque parece ser que no lo han hecho.
— ¿Podríamos saberlo desde aquí?
— No estoy seguro, pero en caso de que sea posible saberlo, no he tenido ningún problema hasta el momento, ergo, no lo han hecho.
—Entonces, ¿por qué no nos han saboteado? —preguntó Will.
— Tal vez no lo sepan —pensó Cari.
— Tal vez quieren que enviemos esa señal –sugirió Valery.
— Quizás es una trampa —respondí.
— Le doy toda la razón a Valery, quieren que transmitamos... ¿por qué? —respondió Bob—. ¿Continuamos?
Observamos a Ion esperando su aprobación. Después de unos minutos de pensarlo, asintió. Bob le entregó un micrófono y con un gesto le dio a entender que podía empezar.
— Aquí Ion G. Poupard; repito, aquí Ion G. Poupard, líder del pequeño grupo de sobrevivientes de El Colegio, en Beagtown. Necesitamos ayuda urgente. La infección ha devastado la ciudad. Hace falta comida y medicina, los infectados nos atacan a diario. Hemos perdido gente, la mayoría somos menores. Repito, este es un mensaje de auxilio. Si hay alguien ahí afuera que pueda escucharnos...por favor, respondan en cuanto puedan. Cambio y fuera.
Silencio. Todos miramos a Bob.
— Creo que exageraste un poco —apuntó Will.
— Lo sé, pero si no nos salvan, pronto se hará realidad —respondió Ion.
— Preparados para enviar el mensaje —comenzó Bob— en tres, dos, uno...mensaje enviado. Ahora solo queda esperar.
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Virus Letal I: La Infección
Science FictionTodo comenzó cuando a media clase de Historia las explosiones aparecieron por todo el cielo. En un párpadeo, la ciudad ya era caos total con la aparición de un extraño virus que convierte a las personas en...dios, no quiero ni pensar en esa palabra...