Aparecimos en un pasillo elevado que rodeaba una gran sala rectangular. En el techo grandes lámparas parpadeantes iluminaban la estancia. Al mirar hacia abajo, pude ver un gran número de personas arremolinada en círculo, discutiendo algo. En el centro del grupo, noté que había algunos tirados con las manos atadas. Eran seis, y entre ellos, pude reconocer a Jack, Will y Kevin. ¿Qué estaba pasando allí?
Un hombre se acercó a ellos, debía tener de unos veinte años, era bastante alto y delgado, de piel pálida como un fantasma y ojos verdes, con un largo cabello rubio que por poco era blanco. Los miró atentamente.
El Hombre soltó un suspiró.
— Compañeros —gritó al gentío— ¿Quién tiene hambre?
Las personas estallaron a gritos alzando las manos en alto. El ruido era tanto...debían ser unos treinta o cuarenta personas, la mayoría jóvenes, pero me sorprendió ver entre ellos a algunos pocos adultos. Todos con la ropa hecha tirones y manchada de sangre, con el mismo rostro pálido y cara de enfermos. En cualquier otro momento hubieran podido haber pasado por servuks, pero...no, eran humanos.
Dos del gran grupo se acercaron a los prisioneros del centro y tomaron a uno que no reconocí, lo arrastraron hacía el que había hablado, parecía ser el líder. Dejaron al pobre hombre a sus pies, este, empezó a sollozar pidiendo piedad, pero como era de esperarse, el líder no hizo caso, solo soltó carcajadas.
— ¿Este hombre pide piedad? —decía riendo— Qué ridículo.
La multitud estalló de nuevo a gritos rechazando la idea. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, mi respiración se aceleró, me preocupé. ¿Qué le querrían hacer a ese hombre?
— Es una lástima...
El hombre soltó un gran gritó de terror al mismo tiempo que el líder se acercaba aún más con una sonrisa maliciosa. Tomó una daga y la alzó en el aire. La multitud estalló a vítores. Lo prisioneros miraban la escena con los ojos bien abiertos. Nosotros también, sentí como Cari tomaba mi mano y la apretaba con fuerza en un esfuerzo por salir gritando del terror.
El hombre se arrodilló junto a su víctima, lo tomó por la nuca y se acercó para susurrarle algo al oído. No sé qué fue lo que le dijo, pero lo hizo dejar de gritar. Acto seguido, con un rápido movimiento, desolló al sujeto y me vi obligado a apartar la vista. Después de unos segundos, me volví: el líder tenía la boca manchada de sangre mientras el pobre hombre no se movía más. La multitud, se abalanzó sobre él. Entonces lo comprendí. Retrocedí unos pasos instintivamente.
— Larguémonos –dije con ganas de vomitar.
—Concuerdo—dijo Cari con la voz temblorosa.
Pero justo cuando nos dirigíamos a la salida, nos llevamos un susto de muerte. Dos hombres se hallaban ahí, bloqueando nuestra única escapatoria. Nos sonrieron maliciosamente al mismo tiempo. Entonces el de la derecha habló, con una extraña voz:
— ¿A dónde van? Si ya es hora de comer.
Lo siguiente que recuerdo es que me azotaban un golpe en la cabeza.

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Virus Letal I: La Infección
Science FictionTodo comenzó cuando a media clase de Historia las explosiones aparecieron por todo el cielo. En un párpadeo, la ciudad ya era caos total con la aparición de un extraño virus que convierte a las personas en...dios, no quiero ni pensar en esa palabra...