Capítulo 15: "Nos ponemos eléctricos"

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Avanzamos por el resto del patio, mientras nuestro guardia iba acabando con todos los Servuks que se nos cruzaban por el camino. Yo solo esperaba no tener que usar el arma, no estaba seguro de que podría atinarle a algo de ser necesario. Me asustaba que en una situación así, mi vida y la del resto estarían en juego. Por fortuna, llegamos rápidamente a la entrada del edificio principal: Will continuaba disparando la torreta mientras Ion daba instrucciones por el radio, traía consigo un bate de béisbol llenó de sangre.

— No me importa, sáquenlos de la cafetería –ordenó—. No podemos dejar que lleguen a la comida... ¡Y que alguien traté de comunicarse con los chicos de las suites! Ni debería pedirlo, ¿Qué no escuchan las alarmas? Maldición.

Guardó el radio en su bolsillo con enojo, se desahogó con Will.

— De que sirve tener un puesto en las Suites de enfrente si los chicos se harán los tontos. Que estén del otro lado de la calle no significa que no sean parte del Colegio... ¿Chicos? ¿Michael? ¿Qué demonios hacen aquí afuera?

— Estaban cerca de los baños, casi los matan –se quejó el asiático.

— Gracias amigo –Ion le dio una plasmada en el hombro—. ¿Y ustedes que estaban pensando?

Observé que Heidy se ponía nerviosa. Detuve a Jessica antes de que pudiera hablar.

— Es mi culpa, me perdí y volvieron por mí.

Ion me miró un momento. No me creyó, pero tampoco dijo lo contrario.

— Como sea, no pueden volver al refugio hasta que suene la alarma.

— Ya está sonando la alarma, genio –respondió Jessica.

— La alarma de todo bien –soltó Ion con obviedad—. Es por seguridad, tendrán que quedarse aquí...junto a la torreta no les pasará nada.

— Eso espero –murmuró Will mientras recargaba el arma.

— Son demasiados –llamó Jeff por el radio—. ¿Ion?

— Aquí, Ion. Cambio.

Busqué con la mirada a Jeff, no lo vi por ninguna parte. Los treinta chicos que defendían el patio apenas volvían a reagruparse para volver a formar el perímetro. Observé a tres de ellos en el suelo, muertos. Se me revolvió el estómago.

— Ion, siguen viniendo, necesitamos ayuda en el patio. Perdimos a cinco chicos, Will y Valery están atrapados en la cafetería.

— Aquí también tenemos bajas, no podremos ayudarlos...ya no queda gente.

— Siguen viniendo –dijo Heidy por lo bajo señalando el muro de la escuela, apenas se distinguía algo en la oscuridad, pero podía ver varias siluetas cayendo por él, como si se tratara de un recipiente que, al alcanzar su máxima capacidad, comienza a derramar su interior.

Ion miró a Heidy y luego al muro.

— No importa cuántos baldes para agua tengamos –dijo por el radio— si no arreglamos la fuga, este barco se hundirá.

— No me gustan las metáforas –se quejó Jessica.

— ¿Qué sugieres? –preguntó Will.

— Entraron por apagón, se desactivaron las defensas del muro— explicó Jeff—. De lo contrario, estaríamos luchando con ellos desde las torres.

— Hay que arreglar la luz, o seguirán entrando –afirmó el asiático.

Ion apartó el radio un momento.

— ¡Bob! –llamó y uno de los chicos que formaban el perímetro se giró—. ¡Ven para acá!

El sujeto debía detener como desquíciate años, era mucho más bajo que yo y algo robusto, su cabello corto y ondulado hacían que su cabeza se viera más grande de lo que en realidad era, eso sí, destacaban mucho sus ojos azules detrás de sus gafas.

Virus Letal I: La InfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora