Ion soltó grandes carcajadas.
— ¿De los otros? –cuestionó entre risas—. Estos tipos son solo sobrevivientes.
— Pero, Ion...
— ¡Ya lárgate, Will! Ve a descargar el camión –bramó Ion, aun riendo—. ¿De los otros? ¡De los otros mis polainas! Me vuelves a salir con una de tus estupideces y te destierro con los Servuks.
— Los siento –se disculpó el chico humillado y se marchó con los demás.
Una vez que las puertas se hubieron cerrado, comenzaron las preguntas.
— ¿Führer? –preguntó Paul confundido.
— ¿Servuks? –pregunté.
— ¿Polainas? –siguió Cari.
— Chicos, me alegro de verlos. Creí que estarían muertos, después de una semana iniciada la Infección...
— ¿Una semana? –preguntó Paul—. Solo llevamos afuera... ¿qué? ¿dos días?
— No, ya pasó una semana. Hoy es veinte, las bombas iniciaron el trece.
— Entonces... –Cari nos miró confundida—. ¿Cuánto dormimos en la biblioteca?
— ¿Estuvimos inconscientes una semana? –repetí.
— No, por lo que dicen, seguro fueron cinco días. Y en cuyo caso, no serían los primeros.
— ¿A qué te refieres? –pregunté.
—Sí, otros chicos estuvieron inconscientes. No sabemos por qué. Creemos que cuando el sistema inmunológico llega a derrotar al virus en el aire, entra en coma por un breve tiempo...o algo así.
— Eso es raro –soltó Paul.
— Lo es.
— Espera, espera –lo detuve—. ¿Virus?
— Sí, las bombas del martes...eso eran, un ataque biológico. Transforma a las personas en...cosas...parece una mala película de terror.
— Ya lo hemos visto.
— ¿De parte de quién? ¿Quién envió el ataque? –pregunté.
— No lo sabemos.
— ¿Eso significa que somos inmunes? –preguntó Cari.
— Solo al contagio por aire. Si ya lo respiraste una vez y sobreviviste, no te afectará más. En general, todos los jóvenes hemos sido inmunes al contacto por aire...hace mucho que no veo un adulto, a decir verdad. Pero si llegas a tener contacto con un Servuk, olvídalo. Lo aprendimos a las malas.
— ¿Servuks?
— Sí, esas cosas...zombis, así los llamamos. Ya saben: "Cerebro, cerebro..."
— ¿Por qué Servuks? –cuestionó Cari.
Ion se sonrojó.
— Es una larga historia.
— ¿Por qué Führer? –pregunté.
El rostro del chico pasó de la vergüenza, a la molestia.
— Larga historia...parece que ahora así me dicen, bastante reciente, de hecho.
— ¿No es algo antisemita?
— No, no creo. Kevin es judío y así que...
— Espera, ¿Kevin está bien?
— Al menos, hasta hace una hora, sí.
Hubo un breve silencio en lo que asimilábamos la información. El miedo desapareció por completo, a decir verdad, ese iba siendo un gran día: Stan e Ion también estaban vivos, y al parecer, Kevin igual. Pero aún me quedaban muchas preguntas.
— Entonces...estas cosas... ¿son zombis?
— Salieron del virus, solían ser gente normal y alegre, pero la infección los transformó. ¿Qué sí son zombis? No lo creo, pero supongo que es la palabra que mejor los describe. Es como si vieras un extraterrestre que parece pulpo, definitivamente no tiene relación alguna con los moluscos, pero tratarlo como si así fuera, tendría sentido...son Servuks.
— ¿Dónde estamos? –preguntó Cari.
— Ah, cierto... ¡Bienvenidos al Colegio!
— ¿Al colegio?
— Sí, así le llamamos...es la escuela.
— ¿Nuestra escuela? –pregunté.
— Sí, Stalin –respondió Ion alegre.
— ¿Cómo?
— Larga historia, realmente larga... —el rostro del chico se ensombreció un poco. Entonces lo vi, estaba claro en sus ojos. Nosotros habíamos vivido como reyes los últimos días, por su parte, mi amigo había pasado un infierno—. Le diré a Jeff que los lleve a una habitación, mis amigos no se quedan en las barracas... ¡Jeff!
Otra persona entro a la habitación, otro adolescente.
— ¿Para qué soy bueno, Lion? —preguntó.
— ¿Aún hay despachos disponibles? —preguntó Ion.
—Sólo uno, me parece.
—Chicos, espero que no les importé que los tres duerman juntos esta noche, sería sólo hoy, mientras ordeñamos los dormitorios, etc.—dijo Ion, apenado.
—No importa—dijo Cari.
—Jeff, guíalos, y no es necesario que les cubras los ojos, ellos son de fiar—añadió—. ¡Ellos son mis amigos!
Nos dirigimos a la salida, guiados por Jeff. Antes de salir, Paul se volvió hacia Ion.
—Gracias, Ion—dijo—. Enserio.
—Por nada— dijo Ion con un tono amargo.
Jeff nos regresó por el pasillo hacías las escaleras que habíamos pasado, subimos un piso más, luego doblamos a la derecha a un pasillo similar al de la oficina de Ion. Había varias puertas, de ambos lados. Todas similares. Pero Jeff nos fue empujando tan rápido que no hubo tiempo de contemplarlas. Yo seguía tratando de entender como entraba ese lugar mu escuela. Nos guio hacia la última puerta, la abrió y nos dio señas para que pasaremos.
— Adentro habrá ya unas colchas donde puedan recostarse, por el momento no todas las habitaciones tienen luz, pero ahí encontrarán una linterna. En el refrigerador hay un poco de agua.
— Gracias.
—Sí, descaecen. Mañana alguien vendrá a despertarlos temprano e informarlos de la situación —dicho esto, se marchó.
Estaba tan cansado, que no preste mucha atención a la estancia en la que nos habían alojado. Simplemente recuerdo habernos repartido las dos camas y el sillón que habían. Me toco el sillón, bastante cómodo por cierto...o quizás sólo tenía mucho sueño, no lo sé. Nadie dijo ninguna palabra más, y nos dispusimos a dormir.
Habían pasado tantas cosas ese día, un día duro, así que dormir no fue un problema.
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Virus Letal I: La Infección
Science FictionTodo comenzó cuando a media clase de Historia las explosiones aparecieron por todo el cielo. En un párpadeo, la ciudad ya era caos total con la aparición de un extraño virus que convierte a las personas en...dios, no quiero ni pensar en esa palabra...