Virus Letal I: La Infección

Capítulo 21: "¿Qué hacen aquí?"

En veinte minutos ya teníamos el supermercado al otro lado de la calle y justo como habíamos planeado, la van de Jack aún no llegaba. Seguramente apenas estaban saliendo del Colegio. Así pues, no nos quedaba otra cosa más que esperarlos sentados en la acera, calentándonos con los primeros rayos del sol.

— ¿Cuánto tendremos que esperar? –pregunté.

— No estoy segura. Algunos minutos. ¿Por qué no vas a preguntarles, genio?

— Muy divertido –dije con sarcasmo—. Tonta.

— Idiota.

— Estúpida.

— Servuk malparido hijo de las...

— ¡Michael! ¡Jessica! –gritó una voz detrás de nosotros.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo. ¿Realmente eran ellos? ¿Qué hacían aquí? Ambos nos giramos y no muy lejos de nosotros vimos a Paul, Cari y Heidy acercarse hacia nosotros. Los tres iban vestidos tal cual para la aventura. Incluso pude ver que Cari traía un arma consigo.

— ¿Qué demonios hacen aquí? –se quejó Jessica.

— ¿Po qué no vas y les preguntas?

La chica me soltó un codazo antes de, efectivamente, ir a preguntarles.

— ¿Qué sucede con ustedes? –preguntó Jessica enfada.

— Estaba a punto de hacerles la misma pregunta –espetó Cari enfadada. — Los seguimos –dijo Paul incómodo.

— Fue su idea –respondió Heidy asustada, señalando a Cari.

— ¿Por qué nos siguieron? –pregunté.

— Uno simplemente no se levanta en la madrugada, toma sus cosas y se marcha hacia el fin del mundo sin decir una sola palabra –se quejó Paul.

— ¿Me viste salir?

— Te escuché.

— ¿Y Stan?

— Ah, no, el sigue dormido.

— ¿Qué demonios pensaban? –se quejó Cari—. Ahora vienen conmigo de vuelta al Colegio...esto es peligroso.

— No –me negué.

— ¿No? –enfureció la chica.

— Oigan amigos —intervino Heidy— ¿Por qué no lo discutimos en otro lado?

— Tranquila Heidy, aquí estamos a salvo –mencionó Jessica.

— ¿Cómo estás tan segura? –preguntó Paul.

— Seguimos vivos –se encogió de hombros la chica.

— Michael, razona –dijo Cari—. Esto es una locura, es peligroso. La ciudad ya no es la de antes.

— Ni siquiera sabes qué intentamos...

— Claro que lo sé –interrumpió—. Y es peligroso, deja que Jack se encargue, no te dejes llevar por los delirios de grandeza de Jessica...

— Estoy junto a ustedes.

—...esto no cambiara nada y no tiene por qué, es decir, lo de anoche no fue tu culpa...

— Yo... —no sabía que decir, de pronto tenía ganas de volver.

— Michael vino a ayudar a su nueva amiga –interrumpió Jessica.

— Aquí viene de nuevo – murmuró Paul.

— Si fueras su amiga, no le habrías pedido venir contigo a esta aventura suicida.

— No volveré. No ahora, no puedo dar marcha atrás. No dejaré a Jessica sola.

— ¡Apenas la conoces!

— Hubiera hecho lo mismo por ti, en el mismo periodo de tiempo –respondí.

— Si Michael no regresa –afirmó Paul—. Yo me quedaré con él.

Cari le lanzó una mirada fulminante. Heidy comenzó a ponerse nerviosa.

— Yo si quisiera volver –murmuró Heidy.

— No es justo –se quejó Cari—. No pueden solo decidir eso y dejarme aquí plantada como si fuera la mala.

— Ven con nosotros. Los dos.

— Lo decidiremos luego –respondió Jessica mientras tomaba una pistola de su mochila—. Hay Servuks por allá.