Cuando las diferencias solo te acercan más y el amor de tu vida puede ser ese con el que tanto te gusta pelear.
Ellos se conocen, no hay feeling, pero al final no pueden vivir uno sin el otro.
Conoce esta linda historia, recordando como una vez este...
Dormir, sientiéndola entre mis brazos era el paraíso. La siento removerse y logra escapar de mi agarre. Le pido que se quede en un intento de prolongar lo más posible esta tregua. Casi sin notarlo caigo nuevamente en el sueño. no es muy profundo, porque la escucho caminar por la habitación, sé que esta ahí. De repente la escucho murmurar, abro los ojos y la veo sobre el ventanal. Se ve hermosa con mi camisa y sus piernas largas y bronceadas, parecen de seda y mis manos pican de solo imaginarse rozando su piel.
-No es asunto tuyo. Por qué no podés dejarme en paz? - su tono de voz se eleva, pero sé que intenta no llamar mi atención. Lamentablemente ya está puesta en ella y esa conversación.
-Yo no voy a volver a tu lado! - dice y salto de la cama, en solo dos pasos ya estoy a su lado - No te quiero cerca! - tomo el teléfono de su mano y lo llevo a mi oído. Ese imbécil va a tener wue olvidarse de ella a como de lugar.
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-Creo que la señorita ya no quiere hablarte. Sería de buen caballero dejar de molestar. Estamos ocupados, espero sepas entender- le digo tranquilo, intentando molestarlo y que se olvide de ella.
-Ella es mía niño bonito, siempre lo será - dice molesto e ignoro sus palabras - Conociéndola no creo que estés muy ocupado, ella estará pensando en mi - algo dentro mío sabía que si lo tenía delante ya lo estaría golpeando.
-Muy ocupado - digo sonriendo - Te agradecería que no interrumpas nuestra noche - agrego con una sonrisa, convencido que es nuestra noche. Ella me pidió que me quedara a su lado y esta llamada no iba a arruinarlo todo.
-La noche de ustedes, por Dios! nunca sabrías como cuidarla o amarla... ella no es como todas las que deben meterse en sus camas - dice y puedo imaginarlo sonriendo con suficiencia, como si él tuviera un conocimiento de ella que yo no. No hace falta que me diga que ella no es como todas, eso se ve en una sola de sus miradas. Finalmente agrega - Al final yo estaré esperando que rompan su corazón y vuelva a mi, como siempre debió ser - mi estómago se contrajo y la rabia me invadía, pero no tenía que mostrarlo, no a él y no frente a ella.
-Amigo, Mia está conmigo ahora, así que yo me encargaré de cuidarla.... No creo que tengas tanto tiempo para esperar, no me cansaría de sus besos... creo que nunca - afirmo y estoy más que seguro que las palabras dichas son lo más sincero que me escuché decir de una mujer. Levanto la vista y mi moracha estaba a punto de llorar, gesticula un "Basta" y solo respondo con un movimiento de afirmación - Ahora tengo que dejarte. Una bella mujer me espera y Dios! yo no puedo esperar para besarla de nuevo. Suerte amigo - y termino la llamada encontrándome con sus ojos preocupados.
-Estás loco? - dice con las lágrimas escapando de sus ojos. No, no y no, ella no debería llorar, no tendría que estar permitido que sus ojos se nublen así, tengo que cambiar la tensión del ambiente.
-Tal vez más de lo que imaginé bonita... así me siento si alguien intenta hacerte daño...- digo muy seguro de mis palabras.
-Dios Zayn, él va a enojar... - puedo notar el miedo en su voz y quisiera abrazarla para darle la seguridad de que nada malo va a pasarle. No permitiría que alguien pudiera lastimarla.
-Y yo voy a estar acá... tranquila... volvamos a la cama morocha. Estoy cansado - intento desviar la atención y llevarla conmigo, a nuestro refugio, donde solo nosotros podemos protegernos.
Tomo su mano y volvemos a la cama. Se acomoda y no pienso ni dos segundos en rodearla con mis brazos.
-Bonita yo voy a cuidarte... tranquila - le aseguro y dejo un beso en su frente.
La noto respirar más pausadamente, sé que está cayendo en un sueño, que intentaré cuidar para que no se convierta en pesadilla. Me gusta tenerla así, ella me abraza con fuerza y por su confesión de esta noche, sé que necesita que la abrace de la misma manera.
Ese imbécil no va a acercarse a ella, no va a alejarla de mi. Esta morocha hacía que miles de preguntas se agolparan en mi cabeza en cuestión de segundos. ¿Por qué la dejé entrar? ¿Por qué ella? ¿Que tenía esta mujer que me volvía loco? ¿Estaba enamorado? ¿Por primera vez? Su aroma dulce me invadía y las preguntas daban vueltas, dando lugar a otras y la necesidad de sus besos se hacía cada vez más fuerte. ¿Acaso estaba cambiando mi idea acerca de las relaciones? ¿Podría, finalmente, ser lo que no quería encontrar? Se me hacía difícil pensar en relaciones duraderas. Se me hacía loco pensar en una sola mujer, más después de todas las que había conocido en este tiempo. Pero estaba seguro que después de ella, ninguna sería suficiente. Mierda! tenía que probar más de esta morocha para estar seguro, aunque algo me decía que era ella y aunque buscara y diera mil vueltas, sabía con total certeza que en esa boca quería fundirme y en esos brazos dormir.
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