Cuando las diferencias solo te acercan más y el amor de tu vida puede ser ese con el que tanto te gusta pelear.
Ellos se conocen, no hay feeling, pero al final no pueden vivir uno sin el otro.
Conoce esta linda historia, recordando como una vez este...
Verlo despierto y de buen humor había sido lo mejor en años... Me sentí tranquila, me sentí viva nuevamente al ver sus ojos y esa sonrisa de lado que conquista todo lo que toca.
La noche anterior había estado conversado mucho con su mamá, el como nos conocimos, acerca de mis estudios y mis proyecciones para el futuro, hablamos de Zayn, hablamos mucho de él. Me gustaba conocer sus gustos, sus travesuras y sus sueños. Ojala él algún día pueda contarme si siguen siendo los mismos o cambiaron con el paso del tiempo. Ojalá algún día podamos conversar de todo eso...
Pasaron los días y me aboqué a ordenar y limpiar su departamento. Quería que estuviera listo para cuando pudiese regresar. Una vez que los empleados terminaron de trabajar, le pedí a Paul las llaves para encargarme de limpiar y ayudar en el orden. No sabía como distribuiría las cosas, así que las acomodé como se me ocurría y como imaginaba que el lo haría.
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El día que llegué a su habitación, me sentí extraña. Estaba entrando en su intimidad, espacio que había tenido el placer de conocer una vez. Con cuidado de no ir más allá, armé la cama, puse sábanas limpias y ordené algunas cajas en su vestidor para que hubiese lugar para caminar. Él ya guardaría lo que quisiera.
Durante ese tiempo no fui a verlo. Entre la universidad y los dos departamentos, estaba agotada. Los chicos me iban manteniendo al tanto de su evolución y yo de como iba todo.
Una mañana me comentan que le darían de alta y lo llevarían derecho a su casa. Ya no iría a lo de Liam, ni con su mamá, a su casa... Los nervios me invadían. Le gustará como lo dejé? se sentirá cómodo con la organización? sino podría cambiar todo nuevamente.
Estaba en la universidad y mi mente en otro lugar. Me hubiese gustado ver su cara, moría por estar ahí. Espero que no piense que me metí demasiado y entre tanto pensar, mi teléfono comienza a sonar. Al ver su nombre en la pantalla, todo mi interior tiembla.
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-Hola?
-No tenías que hacerlo, yo... Gracias - dice y se queda en silencio.
-Quise hacerlo. Podés cambiar todo lo que quieras... solo quería que estuvieses cómodo al volver... - también me quedo en silencio, pero luego de una pausa agrego - Lo siento tanto - las lágrimas se escapan de mis ojos y mi voz se quiebra.
