Cuando las diferencias solo te acercan más y el amor de tu vida puede ser ese con el que tanto te gusta pelear.
Ellos se conocen, no hay feeling, pero al final no pueden vivir uno sin el otro.
Conoce esta linda historia, recordando como una vez este...
Despertar nunca había sido tan difícil. Una parte de mi quería abrir los ojos y encontrarlo a mi lado, la otra parte sabía perfectamente que me encontraba sola. En determinado momento de la noche escuché la puerta y supe que se había ido, que me había dejado como lo hacía con todas las mujeres con las que se acostaba. Si bien conocía su "modus operandi", tenía la ilusión de haberle hecho sentir algo más que solo sexo. Su desaparición en la madrugada me demostraban que estaba equivocada.
No me permití llorar, sufrir o sentirme abandonada. Junté las cosas desparramadas por el suelo de la habitación, armé la valija y me metí en el baño por una ducha. Necesitaba sentir el agua caer por mi cuerpo, pero un vez que ellas comenzaban a aparecer y a mojarme por completo, mis lágrimas hicieron acto de presencia confundiéndose con las gotas de agua. Aunque intentara negarlo dolía. Su huída dolía. Quería que el agua arrasara con cada caricia o beso recibido esa noche. Quería sacarlo de mi sistema, pero nada sería suficiente. Creí que podría hacerlo, que la tensión sexual entre nosotros ayudaría, que las miradas o coqueteos eran la posibilidad de algo más... creí que podría con todo esto, pero no. Yo no era como todas ellas. No lo olvidaría tan fácil.
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Me había enamorado de él como nunca antes lo hice. Cuando lo conocí creí que era el típico chico narcisista y mujeriego. Con el tiempo conocí más de él y me gustó lo que encontré debajo de ese disfraz. Él era atento, caballero, dulce y estaba ahí para mi. Era sexy y hacer el amor con él había sido una de las cosas más increíbles que me había pasado. Quedaría en mi memoria como un hermoso recuerdo de lo que pudo ser.
Sus palabras traían una y otra vez a las lágrimas:
"-No te vayas Zayn... aunque sé que es tu forma... no te vayas esta noche... - le pido sin siquiera abrir los ojos por miedo a su respuesta.
-Acá estoy bonita... hasta que me pidas que me vaya - asegura y la tranquilidad de siempre me invade. Una sensación que solo él puede despertar en mi.
-Sabés que nunca lo haría bonito - digo y dejo un beso en el brazo que me cubre el cuerpo.
-Entonces acá estaré -asegura y me relajo en sus brazos."
Dijo que siempre estaría, que hasta que le pidiera que se vaya, pero yo no lo hice e igual se fue. Las lágrimas no dejaban de salir y aunque intentaba razonar y entender, una parte de mi dolía y hubiese estado feliz con verlo al despertar. Quizá descubrí una nueva faceta de él, mientras no tenga sexo, puede mantenerse en la cama con una mujer hasta el otro día, sino debe escapar. Quizá no pueda dar nada más y yo definitivamente quería más.
No podía haberme hecho ilusiones. Que tonta que fui! Mientras me cambiaba y juntaba mis cosas, me reprochaba el haber caído con un mujeriego y darle lo que él más quería. Quizá ahora finalmente se aleje de mi como tantas veces lo intentó. Ya estaba hecho.
