Cuando las diferencias solo te acercan más y el amor de tu vida puede ser ese con el que tanto te gusta pelear.
Ellos se conocen, no hay feeling, pero al final no pueden vivir uno sin el otro.
Conoce esta linda historia, recordando como una vez este...
Solía estudiar y de la universidad iba a casa. Nada en mi camino me distraía tanto como para perder tiempo en ello, salvo ese día... Gwen me invitaba a tomar algo con amigos esa noche. No tenía intensión de negarme. Me hacía falta salir un poco. Ella aseguró que la pasaríamos bien y nos despejaríamos de tanto estudio. Invitaríamos a Lisa y Sam. Salida de chicas, una buena idea.
Llegué a casa y luego de descansar un rato, me bañé y busqué algo lindo para ponerme. Quería verme bien, hacía mucho que no salía. Opté por un vestido rojo por encima de la rodilla, zapatos negros y cartera del mismo color. Me maquillé y arreglé mi cabello. Soy muy natural para estas cosas. Me gusta ser yo y que puedan reconocerme en cualquier horario del día, no ser una chica sexy por la noche y maquillada como una puerta, cusndo después a la luz del día nadie sabe quien soy.
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La verdad es que aprendí mi lección. En otro momento de mi vida, arreglarme, llamar la atención de los chicos y sentirme la más linda, hubiese sido mi prioridad. Pero después de Matt todo había cambiado. Dejé de salir y arreglarme mucho, me mudé sola y terminé alejándome de algunas personas que eran importantes para mi.
Dani, Kate y Gus fueron mis amigos por muchos años en las preparatoria, como tantos otros, pero Matt había logrado aislarme de todo. Solo vivía para él y ese fué mi gran error. Aún hoy lo estoy pagando.
Mis papás trabajan gran parte del día y mi hermano Nick se casó el año pasado. Yo necesitaba mi espacio, así que papá dijo que él me ayudaría a pagarlo mientras yo estudiara y termunara mi carrera.
Cuando quise alejarme, no dudaron un segundo en apoyarme y mamá con lágrimas en sus ojos se separaba de su princesa. No podía seguir ahí, sería muy fácil encontarme y continuar torturándome, persiguiéndome... las pesadillas no cesaban. Aún hoy despierto en las noches agitada y sintiendo que alguien me persigue. Yo solo quería ser feliz y para eso debía cambiar de aire.
Por esta razón me encuentro viviendo sola y compartiendo mi vida con persona nuevas. Gwen, Lisa y Sam eran amigas que había hecho en la universidad, con quienes compartía almuerzos y alguna que otra salida. Esta era una de esas. Ellas siempre insistían en que debíamos salir a bailar y tomar hasta emborracharnos. Creían que de esa manera olvidaría el pasado. Yo prefería ir despacio y con cuidado. Había aprendido a ir con cuidado... Hasta ahora.....
Mientras me preparaba, me preguntaba a donde iríamos y si los amigos que Gwen nos presentaría serían de fiar. No confiaba en la gente rápidamente.
El celular sonó con un mensaje de mis amigas que estaban en la puerta. Junté algunas cosas y me colgué la cartera. Cerré el departamento y salí a su encuentro. Hoy iríamos en el auto de Sam.
Cuando llego a ellas, se veían hermosas y me pregunto si mi débil maquillaje y vestimenta serán adecuados para la ocasión.
-Wow!! Mia ha decidido mostrar sus piernas- se reía Lisa mientras me hacía un lugar en el asiento trasero del auto.
