Investigué con detalle la casa, no lograba entender como alguien como él podía tener un piso en el que posiblemente es uno de los edificios más caros de toda la ciudad, y además un ático. Aunque con el coche, el móvil, el reloj... iba bastante con un toque elegante en su vestimenta... tal vez William venía de una familia millonaria, quizás. Abrí una puerta, que me llevó hasta una gran habitación. Debía de ser la suya, todo estaba muy ordenador e igual que el resto de la casa, había todo tipo de lujos.
Todavía no venía, así que decidí investigar más a fondo, me senté en la mullidita cama y abrí el cajón de su mesilla. Un par de pastillas para el dolor de cabeza, y una agenda con varios números, direcciones y cifras de dinero, todas ellas superiores a los dos mil euros. ¿De dónde demonios conseguía tanto dinero? Dejé la agenda en la mesilla, tal y como estaba y me levanté para ir a ver la cómoda. Abrí los cajones y solo me encontré con lo típico...ropa, calcetines, corbatas...en fin, no parecía haber nada interesante. Abrí el del otro lado y había una caja, me entró curiosidad y le eché un vistazo. Saqué la caja, y la abrí. Me quedé totalmente en shock al ver lo que había dentro. ¡Una pistola!
La guardé enseguida y la dejé donde estaba. Fui hacia atrás lentamente, y volví a sentarme en la cama, cuando me fijé en algo que sobresalía de debajo de la cama. Me senté en el suelo y saqué lo que había. Era un maletín metálico bastante grande. Lo abrí y volví a quedarme sin palabras al ver un rifle de francotirador dentro. Quiero salir de aquí, ya. De repente escuché la puerta abrirse y enseguida cerré el maletín y lo metí de nuevo debajo de la cama. Me levanté, y él entró en la habitación.
-¿Qué haces aquí?
-Bueno...me aburría un poco y quise dar un paseo por tu casa.
-¿De verdad?-Miró la habitación de arriba a abajo y después se acercó a mí. -¿Y qué? ¿Sigues enfadada conmigo?
-Todo lo que me ha pasado es culpa tuya, si no te hubieras metido en mi vida, nada de esto habría pasado.
-¿Y no crees que tal vez algo quería que cambiaras de vida?
-Creo que debería irme ya a casa.-Cogí el bolso que dejé encima de la cama y fui hacia la puerta.
-Creí haberte dicho que hoy te quedarías aquí, así que relájate.
-No puedo, mis amiga debe de estar buscándome preocupada, tengo que irme.
-Si sales de aquí y vuelves, ¿no puedes pensar que igual tu novio te está buscando y que se dará cuenta de que has estado conmigo? No puedo dejarte irte, pensando que puede pasarte algo.
-¿Por qué estás preocupado por mí? Tú solo me quieres para divertirte en un rato, después te olvidarás de todo.
-Aunque eso fuera verdad, no puedo dejarte marchar.
-William, ¿por qué no puedes entender, que tu simple presencia hace que me irrita? Tú has provocado todo esto, yo no tenía ningún problema hasta que tú apareciste. Solo juegas con las chicas para dejarlas tiradas, pero habrá un día en que nadie te respete y harán lo mismo contigo... Adiós William. -Cogí la puerta y me fui de allí antes de que se le ocurriera decir otra palabra más.
-*¿Por qué me afecta tanto sus palabras, qué me pasa? Tsk...esto ya se está alargando demasiado.*
Volví a la residencia en un Taxi, intenté pensar en otra cosa, olvidarme de lo que vi, pero era imposible. Tenía armas en su casa, y una de ellas era bastante profesional. ¿Acaso es así como William consigue todo lo que tiene? ¿O solo lo estoy malinterpretando? Mejor me olvido, no me interesa que hace con su vida.
Cuando iba a abrir la puerta de mi habitación, de repente algo me tocó el hombro y me pegué un tremendo susto. Me di la vuelta y me calmé al ver que solo era Alex.
-Alex...que susto me has dado, ¿qué haces por aquí?-Me miró serio y eso me preocupó.-¿Pasó algo?
-Te he visto salir esta tarde con ese tipo, de la mano.
-¿Qué?-Me puse nerviosa, nunca le había ocultado nada a mi mejor amigo, pero...esto me superaba, como para explicarlo.
-¿Por qué te fuiste con él?
-Yo...no lo sé, creo que solo me dejé llevar, supongo...
-Ven conmigo.
Le seguí hasta el piso de abajo, y fuimos hasta su habitación. Nos sentamos en su cama y me empezó a preguntar todo. Sin más remedio se lo tuve que decir, como había empezado todo, lo que pasó aquel día, que había salido a una fiesta con él, lo que pasó hoy con Daniel, y...mi trato con él, enseguida saltó alterado y puso las manos en mis hombros.
-¿Por qué aceptaste eso?¿Acaso estás loca?
-No tenía opción, dijo que las cosas serían peor si no le hacía caso, y yo...tenía miedo...no tenía salida.
-¿Por qué no se lo dijiste a Dani? Él habría hecho algo por defenderte.
-Él no puede saber nada de esto. William es una persona peligrosa, y creo que todos lo que le rodean también son como él, si Daniel se entera de esto...me temo lo peor. POr favor, prométeme que esto quedará entre nosotros.
-Lena, no puedo hacer eso...Tú también estás en peligro. ¿Qué pasará si se sobrepasa contigo y acabáis haciéndolo...?
-Tal vez eso sea lo mejor que pueda pasar ahora, odio admitirlo pero él solo busca una noche conmigo, después todo esto ya se acabará. Me dejará en paz y podré volver a mi vida normal.
-¿Qué estás diciendo? ¿Cómo puedes pensar eso?¡Estamos hablando de ti!
-Ya he tomado una decisión, y William no volverá a causarme problemas.-Me levanté y fui hacia la puerta.
-Eso es una locura, ¡no te permitiré que lo hagas!
-Lo siento, pero es la única solución. Adiós Alex.
Salí de su habitación, y volví a la mía. Estaba decidida a acabar esto de una vez por todas. Mañana todo terminaría y podría volver a mi vida. Él ya no será un problema. Por la mañana, me vestí de la forma más provocadora posible, con una falda un poco corta y una blusa abierta, me puse las bailarinas y salí de la habitación, para ir a buscarle. No llevé ni mi bolso, ya que no pensaba en ir a clases hoy. Le esperé cerca de la clase, y cuando le vi venir, fui corriendo hacia él, le agarré del brazo y pegué mi cuerpo al suyo.
-William.
Narra William:
Al escuchar mi nombre levanté la vista, cuando me quedé con la boca abierta al ver a Alena, vestida así. De repente agarró mi brazo y cogió mi mano, entonces salí de mi trance y hablé.
-Alena, ¿por qué estás...así?
-Tú solo sígueme.
Tiró de mí, alejándome de la clase, de vuelta a la residencia. Llegamos hasta lo que parecía su habitación, entramos, me quitó mis cosas y la chaqueta y de pronto me besó. No iba a negar un beso, y menos viniendo de ella, así que solo le seguí su juego, pero entonces sentí que me estaba levantando la camiseta, así me separé un momento para preguntarle.
-Preciosa, ¿qué estás haciendo, eh?
-Lo que tú querías, ¿no? -Nadie nos molestará...-No, no...¿por qué no puedo? Puse las manos en sus hombros y la separé de mí. -¿Qué pasa?
-Estás haciendo esto para que te deje después, ¿verdad?
-¿Qué importa eso? Me tienes aquí para ti. ¿No es lo que querías?
-Si, pero...no de esta forma...¿Sabes? Déjalo...-Volví a ponerme bien la camiseta y recogí mis cosas de nuevo. -Olvida el trato, puedes seguir con tu vida...Haré como si nunca te hubiera conocido.
-William...-Abrió la puerta y se fue. Desapareció sin más. -*¿Todo...se acabó? ¿Por qué no estoy feliz?¿Qué me pasa?*
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Chicos Malos
Romance¿Qué pasaría si el chico más molesto, creído y el mayor acosador de la historia, te acabara enamorando? Alena solo quería una vida universitaria tranquila y relajada con sus amigos, pero con él todo serán problemas y peligros.