Nueva Vida de Modelo

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Ese hombre nos llevó hasta la ciudad, y paró delante de un edificio, que reconocí al verlo. De verdad era el estudio de Bright Angel, no me lo podía creer...es increíble.

-Por aquí, sígueme.

-Sí, por supuesto, vamos Liz.

Seguimos a ese hombre hasta adentro, y subimos en el ascensor a la tercera planta. Entramos en una de las muchas puertas que había allí, y vi que estábamos en un despacho, y había un hombre vestido muy elegantemente sentado en la silla. El hombre que nos acompañó se fue y nos quedamos solas con él.

-Bienvenidas. ¿Sorprendida?

-Un poco, yo...no sé que decir.

-No suelo hacer este tipo de cosas, pero quiero convertirte en una de mis ángeles.

Dios mío, esto no puede ser cierto. Si es una cámara oculta, me voy a enfadar mucho y si no lo es no sé que decir.

-A que esperas, di que sí.-Liz me movió, y yo volví a recuperar la consciencia. -Esta puede ser una gran oportunidad.

-Bueno, es que es todo tan repentino que...

-Te pagaremos muy bien, por supuesto. Tu amiga tiene razón, esto te puede llevar a la fama, y tu primer desfile sería aquí, en un mes. ¿Por qué no pruebas?

-Es mejor probar y fallar, que arrepentirse después, ¿no? Sí, acepto.

-Perfecto, entonces te prepararemos ahora mismo tu contrato. Para hacer esto más cómodo, requiero que vivas cerca de la ciudad, por lo que te proporcionaremos un apartamento en el centro.

-¡Gracias! Esto, mi amiga puede...

-Por supuesto. Por cierto, soy Christian Bright, encantado de que trabajes con nosotros Alena.

Firmé los papeles y enseguida Christian me dio las llaves de mi nuevo apartamento. Todavía no me lo podía creer, me había convertido en una modelo. La verdad es que no me importaba demasiado el tema de tener que dejar un tiempo la universidad. Además mis notas ya habían empezado a bajar hace tres meses, cuando comenzó todo esto. Ya le explicaría a mis padres el resto de la historia más tarde. El hombre que nos había traído, nos llevó de vuelta a la residencia, para empezar a recoger nuestras cosas. Empezaba mañana, y los nervios me podían. Recogimos nuestras cosas, cuando de repente llamaron a la puerta. Abrí, pensando que sería Jonh, el jefe de la residencia, que venía por el asunto de mi traslado, pero cuando abrí la puerta, me encontré con quién no quería. Iba a cerrar, pero puso la mano y no me dejó.

-Alena, espera por favor.

-¿Qué haces aquí? Le dije a Sophie que no os quería ver cerca, a ninguno de vosotros, sobretodo tú.

-Déjame explicártelo, yo...-De repente se calló, porque Liz había acabado de recoger las cosas del baño, y había aparecido.

-Ya está todo, nos podemos ir.

-Sí, ya voy.

-¿Ir?¿Ir a dónde?

-Hola William, ¿no te lo ha dicho aún? Le han ofrecido un trabajo como modelo.

-¿Liz, porque no vas llevando las cajas? Yo bajaré las maletas.

-Claro, no tardes que nos esperan.

-No te preocupes, bajaré enseguida. Solo será un segundo...-Ella cogió las cajas con algunas de nuestras cosas y salió de la habitación.

-Estoy ocupada, así que vete.

-¿Modelo? ¿Desde cuándo? ¿Vas a dejar la Universidad por eso?

-Lo que yo haga no te incumbe en absoluto. Si querías que cortara contigo a la cara, pues ya está, te dejo, no quiero saber nada de ti y tus amigos. Ya me habéis traído suficientes problemas.

Chicos MalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora