Situación Deliciosa y Peligrosa

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-"Liam, he aprobado con la máxima nota, gracias a ti. Me gustaría agradecértelo yendo a tomar algo, llámame."

-"Hola Liam, bueno...hace cuatro días que no nos vemos, y no sé si he hecho algo, si fue por lo de la otra vez, ¿o qué? Pero quiero hablar contigo por favor."

-"Hola, hace dos semanas que no sé nada de ti. Fui a tu casa, pero no sé si no me abrías porque me ignorabas, o es que realmente desapareciste. Mira, yo no soy el tipo de persona que se preocupa demasiado por los demás, pero eres mi amigo, uno de los pocos que de verdad me entiende, y pues...no quiero perder a un amigo tan único. Por favor, llámame."

¿Qué estoy haciendo?¿Por qué no puedo sacármela de la cabeza? Yo solía ser un tío muy tranquilo, sin ningún problema, yo solo con Ren y nadie más, pero ahora estoy mal, muy mal. Leí los mensajes, escuché las llamadas pérdidas, y todo me hacía sentir peor. Para empezar, ¿por qué tuve que encontrármela? Nunca debí haber vuelto aquí, solo me ha causado problemas.

Esa noche estaba en mi casa, tan tranquilo, con Ren a mi lado, viendo una película, cuando de repente escuché la puerta abriéndose. Nadie tenía llaves, excepto yo...eso no está bien. Me levanté, cogí la pistola que había debajo del sofá, y me preparé. Tres, dos, uno...

-¡No te muevas, ni un paso más!

-¡Joder, Liam!¿Quieres bajar esa pistola, por favor?

-Alice...¿qué haces aquí?

-¿No has leído mis mensajes? Sé abrir puertas, no soy una niña. Si tu no me abres la puerta, la abro yo.

-No tienes ningún derecho a colarte en mi casa. -Guardé la pistola otra vez y me senté en el sofá.

-¿Por qué te comportas así? ¿Por qué actúas como si me odiaras, qué he hecho para molestarte tanto?

-Eso no es asunto tuyo.

-Claro que es asunto mío. Porque de alguna manera siento que yo he tenido la culpa de que ahora estés así. Lo que no entiendo es porqué, ¿solo por un beso?

-Tú no lo entiendes.

-Pues ayúdame a entenderlo, dudo que un beso te haya molestado. Es por mí, ¿verdad?

-Quiero estar solo, ya sabes dónde está la puerta.

-¡No! No pienso irme de aquí hasta que me des una respuesta. -Se sentó a mi lado y se quitó la chaqueta. -Estamos solos, empieza a hablar. Me da igual que lo que digas sea insultante, ofensivo o raro. Dímelo.

-Eres muy molesta.

-Lo sé, pero tú eres un idiota. ¿Cuál es el problema?¿Beso mal, soy horrible, no te parezco guapa? Está claro que tu problema es por mí.

-No es nada de eso.

-¿Entonces qué es? Te recuerdo a una exnovia, a alguna persona que te haya hecho daño. Tal vez...¿estás confuso por lo que sentiste esa noche? -No quise contestar, y eso fue un error. -Es eso, ¿verdad? Solo fue un beso puntual, algo que pasó en un momento, no por eso tenemos que dejar de hablarnos. Siempre estás bromando con esas cosas y ahora, ¿te asustas porque se hizo realidad? ¿Qué pasó con tus bromas subidas de tono? ¿Nunca has besado a una chica o qué? Si te pidiera ahora que me besaras, ¿lo harías?

-¿Qué estás diciendo?

-Lo que has escuchado, porque...yo sí que quiero besarte.

-Y yo quiero estar solo, pero las dos cosas son imposibles. -De repente se sentó encima de mis piernas y me quitó el móvil. -¡EH!¿Qué haces? Quítate.

-No me voy a mover. Venga ya...no me creo que alguien como tú tenga problemas con las chicas, ¿cuál es el verdadero problema?

-Mi problema ahora mismo eres tú.

Chicos MalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora