Sorpresa Marítima

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Me dio la cerveza y yo con cuidado la cogí, recuerdo que todavía tenía las manos esposados, no se fiaba de mí, normal...yo tampoco lo haría.

-Muy bien, ¿por dónde iba?

-Te habías dado cuenta de que te habías enamorado de mí.

-Gracias. Pues como iba diciendo...me enamoré de ella sin esperarlo, y ella me odiaba menos, pero un día me culpó de que todo le estaba yendo mal, y posiblemente haya sido mi culpa. Al menos lo de su novio si lo era. No quería que estuviera mal, así que decidí que la olvidaría y que dejaríamos todo a un lado. Tres meses después, nos tropezamos por la calle y hablamos, y quedamos para tomar algo por la noche.

-¿Lo arreglastéis y fin de la historia? ¿Puedes soltarme ya?

-No me interrumpas. Esa noche descubrí que ella también había estado mal con su novio, porque no se había olvidado de mí.

-¿Te lo dijo?

-No, pero eso un hombre lo sabe. Si se dejó besar, es porque me había echado de menos, ¿no crees? O tal vez porque sentía algo por mí...

Recordé esa noche, aquí en mi casa, yo también me dejé llevar por ella. Todas las veces...

-La noche siguiente quedamos para cenar, y como tenía todo el dinero que quería, comimos muy bien. Esa era una de las pocas ventajas de ese trabajo, ¿de dónde crees que salió mi coche? Antes de que tú nacieras, vivíamos en mi casa, un ático de lujo en el centro, pero ya que tendríamos a alguien más dentro de poco, nos faltaban habitaciones... Esa misma noche ya habíamos comenzado a salir, dejaría a su novio y saldría conmigo. Yo claramente estaba muy contento, aunque había cosas que debía ocultarle y de las cuales tenía que protegerla.

-¿Y ya? ¿Se acabó?

-No seas impaciente. Solo había pasado unos pocos días desde que comenzamos a salir, cuando en un desafortunado incidente hizo torcer todo. Su ex la amenazó y en aquel momento yo estaba con mis amigos cuando la escuché gritar, cuando llegué hasta ella no dude un segundo en apuntarle en la cara. Disparé en la pierna a su amigo y enseguida se echaron para atrás, tu madrina Sophie cogió a Alena y la puso detrás de nosotros. Yo había enloquecido, no tomaba demasiado bien que alguien dañara lo que era mío, en ese momento dijo que no nos acercaremos a ella jamás y menos yo. Me tenía mucho miedo y ella desapareció.

Me había dejado y se había hecho modelo para comenzar de nuevo, lejos de mí, pero no me rendí y unos meses más tarde hice que volviera conmigo. Me costó un poco hacer que volviera a confiar en mí, le conté todo lo que hacía, pero con el tiempo Marcus se enteró. La secuestró y a mí me pusieron una pistola en la cabeza. La decisión era suya, y eligió trabajar para él, para salvarme.

Eso solo fue el principio, hubo más problemas a parte de ese, me preocupaba que le pudiera pasar algo, e incluso llegué a desconfiar de todos mis amigos, discutíamos varias veces, y le pegué una paliza a mi mejor amigo porque había tocado a mi novia, todo fue un caos, era demasiado controlador. Acabamos enfadados y lo dejamos una vez más...

-¿Esta historia tiene final o...?

-Ya, tranquilo. En el último trabajo que hicimos, ella salió mal. Si Alena no estuviera en aquel momento allí, yo habría muerto, me salvó la vida, arriesgando la suya. Dos meses en coma, por mi culpa. Ver a la persona que quieres en una camilla, por culpa de tu trabajo, de lo que haces, de lo que le he obligado a hacer...es horrible. Tal vez nunca debí interesarme en ella, y seguramente ahora seguiría trabajando con todos en esa mafia. Me preocupa que estés con Alice y que pueda acabar todo igual como pasó con nosotros.

-El viejo no va a hacer nada, no sé como sería antes, pero ahora solo eres un viejo en una silla.

-No le subestimes, Liam. Todos hemos cumplido años, pero seguimos siendo los mismos, tú mismo lo has comprobado hoy. A pesar de no seguir trabajando, yo todavía guardo mis armas muy bien, al igual que mi dinero.

Chicos MalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora