Sábado Perfecto

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Narra Alena:

Una hora y algo después volvió, me dijo que sus amigos harían una fiesta el Martes en la piscina de la mansión de aquel día. Claro que me apetecía ir, sería divertido y estaría con Will. Preparé algo para comer y por la tarde salimos a dar una vuelta. 

Mientras paseábamos, hablábamos, reíamos...sentía que aunque solo nos reencontramos hace tres días, ya podía confiar plenamente en él.

-Vamos a tener que tomar una nuevo camino, debo parar antes en un lugar. Hay una cosa que tengo que devolverle a alguien.

-¿Y a dónde vamos?

-Ya lo verás.

Me llevó unas calles más adelante, y paramos delante de una tienda. Una tienda de antigüedades. Cuando entramos, empecé a mirar a todos lados, había cosas muy curiosas, y extrañas. Un lugar vintage, se llamaría este lugar, pero no vi a nadie delante del mostrador.

-¿No hay nadie?

-Estará en la trastienda, lo más seguro. -Nos acercamos al mostrador. -¿Abuela?

-William, cariño...¿eres tú? -Una señora mayor apareció por la puerta, y se acercó a nosotros.-Hace días que no vienes. ¿Hum? Parece que traes a alguien.

-Lo siento, he estado algo ocupado. Ella es Alena, mi novia. Lena eesta es mi abuela, Marina.

-Encantada, es un placer conocerla.

-¿Novia? Mi nieto con pareja, que alegría, ya era hora de que sentaras la cabeza, antes de ir a tantas fiestas.

-No hace faltan tantos detalles.

-Y dime querida, ¿de qué conoces a mi nieto?

-Bueno...iba a mi misma clase en la facultad.

-Y encima estudia. William, no quiero que la dejes escapar de ti, ¿entendiste?

-Con lo que me costó tenerla, estate segura de que no se irá. Por cierto...aquí tienes. -De su bolsillo sacó un sobre. -Si no me equivoco, el otro día fue tu cumpleaños, ¿no?

-Ya creí que te habías olvidado. Al menos uno de los cuatro se acuerda de su abuela.

-Nosotros ya nos tenemos que ir, adiós abuela.

-Adiós.-Me despedí de la mujer y me fui con Will otra vez.

-Tu abuela es una persona encantadora. No sabía que los chicos malos, podían querer a sus abuelas.-Se rio y me rodeó el hombro con su brazo.

-¿Y qué esperabas de mí, entonces?

-No sé, algo más como una película...El típico rebelde, que hace lo que sea para conseguir lo que quiere.

-¿Y eso no es lo que he estado haciendo todo este tiempo? Lo que fuera, para estar contigo. Aunque si lo que quieres es algo más emocionante, podemos...jugar a algo.

-¿Jugar?¿A qué?

-Ven, quiero llevarte a un lugar. -No me dijo ninguna pista más en todo el camino. Fuimos en su coche y salimos de la ciudad.

-No me vas a decir a dónde vamos, ¿verdad?

-Es una pequeña sorpresa.-Paró y cuando me giré para ver donde estábamos, me quedé muy desconcertada. -¿Qué hacemos en un club de campo? ¿Acaso eres socio de uno?-Salimos del coche y cogió mi mano.

-¿Por qué ser socio, si puedes entrar gratis?

-¿Qué?-Fuimos hacia uno de los laterales, y Will empezó a escalar el muro de piedra. -¿Estás loco? Estás haciendo ilegal.

Chicos MalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora