Estafadora sin Identidad

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Esto era muy mala idea, prefería ir por libre. Dani y Chris se fueron juntos en un coche para vigilar la casa de Alice, Max, Ryan y Tobi se subieron a una furgoneta y yo me fui con mi padre a mi casa. Llevaba una maletín con su arma en la mano como si nada, parecía casi como que lo hiciera todos los días. Cuando llegamos, forzó la puerta y entramos.

-Tsk...contaba con que no entraran, pero...

-Te han dejado el piso patas arriba, hijo.

-Se han llevado mi ordenador y la pistola que tenía. No ha dejado ni mi cartera.

-¿Tienes el ordenador protegido?

-El ordenador y el móvil, es imposible que puedan desbloquearlos, y si lo consiguen está preparado para explotar y hacer desaparecer todo.

-He encontrado las llaves.

-Al menos el casero no me matará.

-¿Dónde guardas el dinero?

-Crees que soy tan tonto como para guardarlo en casa. Mi dinero está muy seguro en un banco de las Vegas, y otra parte me la guarda un amigo de allí. Si necesito dinero solo hago una transferencia desde el ordenador y ya, o se lo pido a mi amigo.

-Mi hijo no es tonto, eso es verdad. ¿Sabes de alguien que intente fastidiar a Marcus, o alguien de tu alrededor?

-Yo solo me dedico a filtrar información, y mirar el ordenador. El trabajo de campo lo hacen otros, yo no me metí con nadie. -De repente llamaron por teléfono a mi padre y el contestó.

-¿Qué pasa? Sí, ahora vamos para allá. -Colgó y me miró. -Han encontrado a alguien muy interesante, vamos.

-¿A quién?

-Un amigo de Alice, que llevaba tu teléfono. Tobi lo ha rastreado y lo han cogido.

Debo decir que el equipo de mi padre trabaja muy rápido, jamás pensé que algo así podría estar ocurriéndome y menos pensé que estaría viendo a mi padre de forma tan ilegal y profesional. Me fui con él hasta un edificio vacío, cuando entramos vimos a Max y los demás, menos a Dani y Chris, alrededor de algo. Era un hombre atado en una silla, con un claro puñetazo en la mejilla.

-Por fin llegáis. ¿Habéis encontrado algo?

-Me lo quitaron todo, en mi casa no estaban mis cosas.

-De verdad...os habéis metido con el padre y los amigos equivocados.

-¡Tú! ¡Deberías estar muerto!

-¿Cómo qué debería estar muerto?¿Quién quiere ver muerto a mi hijo? Respóndeme. -Se calló y miró para otro lado. -Vaya...así que con esas tenemos, no me lo vas a decir por las buenas, ¿verdad? Ryan llévate a Liam de aquí, amigo...tú y yo vamos a tener unas palabras.

-Vamos chico, no creo que quieras ver este espectáculo.

-¿Qué?¿Qué va a pasar?

-Venga vamos. -Ryan me sacó de aquel lugar y lo último que pude oír por un grito desgarrador de aquel hombre, parecía estar sufriendo mucho.

-¿Ryan, qué le está haciendo mi padre a ese tipo?

-Tu padre no solo es un francotirador, sabe hace hablar muy bien, recuerdo que Marcus lo solía llamar William el Sádico.

-¿Sádico?¿Mi padre?

-No tiene problemas en romperte los dedos, o la cara, o cortarte la oreja, sacarte los ojos o lo que sea. De eso siempre se encargaba él, mientras no tuviera que estar en una azotea vigilando, o jugando al póker como distracción. Tu padre hacía muchas cosas, menos quedarse quieto.

Chicos MalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora