Chicos Malos

¡Nos vamos de Boda!

Cuando se lo contamos a los demás enseguida se emocionaron y nos felicitaron. Liz se puso casi a gritar, y a planear todo lo que tenía que hacer, al igual que mi hermana mayor y Alex. Estaba muy feliz, si esto era un sueño no quiero despertarme jamás.

Pero también hablé con Ryan para que me dejara ver a Sam y a Jack en la cárcel. Tenía que arreglar unas cosas con ellos, y disculparme. Quería saber porqué Sam había hecho todo aquello, e intentar perdonarlo. Yo no soy del tipo de personas que está enfadada con alguien mucho tiempo. No soy así y quiero intentar que volvamos a ser amigos. Cuando me vieron, Jack me abrazó muy contento por mi visita, pero Sam miraba el suelo culpable. Hablé con él, y a pesar de que él se seguía culpando de todo, le abracé. No me gustaba ver a las personas así de tristes, y me gustaría ayudarle a que volviera a ser el mismo de siempre.

Les conté la noticia de que me casaría con William, y que hablaría con Ryan para que pudieran ir a mi boda. Nada me haría más feliz que ver que todos mis amigos y mi familia estuvieran ese día. Al fin y al cabo, sin su ayuda aquella semana, tal vez habría muerto.

Nos casaríamos en Abril, en plena primavera, y el día tan esperado llegó. Estaba en la casa de Will, con mi madre, mi hermana, Sophie, Liz y mis primas, ayudándome a ponerme el vestido, y él estaba en casa de Ryan encargándose de lo suyo.

-No me puedo creer que ya te vayas a casar. -Mi madre estaba muy emocionada y de vez en cuando se le caía alguna lágrimilla. -Y antes que tú Emma, ¿no te da vergüenza?

-Bueno mamá, yo soy yo, y Alena es Alena. Hay una diferencia...

-Prima, la casa de tu novio es muy impresionante, ¿es un millonario?

-No, pero trabaja mucho.

-¿Estás nerviosa, Lena?

-Tú que crees Liz...seguro que William debe estar más tranquilo que yo, en este momento.

Narra William:

-Will, ¿te quieres estar quieto un segundo? Me estás poniendo nervioso.

-No puedo. -Me movía por todo el salón sin parar, mientras ellos estaban tan tranquilos sentados en el sofá. -Me caso hoy y estoy muy nervioso, no sé porqué. ¿Estoy haciendo bien? ¿Pero que estoy diciendo? Claro que está bien, es la mujer de mi vida.

-Ryan, ¿no le puedes dar un calmante o algo?

-En estas situaciones las chicas suelen estar más nerviosas, pero es que tú...rompes todos los gráficos.

-El tiempo ha pasado muy rápido, y ahora me voy a casar en menos de 3 horas.

-¿No tendríamos que ir yendo a recoger a tu familia al aeropuerto?

-¡Es verdad! Deben de estar llegando, por cierto...gracias por dejarles el avión privado.

-No ha sido nada, ahora vamos antes de que me pongas más nervioso a mí.

-¿Will, ya has pensando a dónde la vas a llevar de luna de miel?

-Sí, dos semanas en Hawaii, en un hotel de lujo y sin móviles. ¿Qué os parece?

-Playa, tranquilidad, y muchos cócteles de frutas, no suena nada mal. Que suerte...-Dijo Tobi de forma muy infantil.

-¿Tienes los anillos?

-Sí, los recogí ayer a primera hora.

-¿Y quién los va a llevar?

-Las primas de Alena, han insistido mucho y tienen el mismo carácter que Alena cuando se enfadan, yo no les iba a decir que no.