Enfados y Gritos

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Cuando me contestó, me dijo que estaba tomando algo con Sam en un bar en el centro. Sabía en donde estaban, y le haría hablar. Cuando llegué, aparqué el coche en la calle y me acerqué al bar.

-Hola Will, me dijo Jack que me buscabas.

-Sí...podemos hablar en otro lado, menos público.

-Claro.-Acabaron lo que estaban tomando y fuimos a caminar. -¿De qué quieres hablar? Es algo de Ryan.

-No, no es nada de eso, es solo que...-Le empujé al callejón y antes de que ninguno hiciera nada, cogí del cuello a Sam, saqué la pistola y apunté a Jack para que no se moviera de donde estaba.

-¿Que estás haciendo, William?

-Tú cállate y estate quieto, y tú...¿vas a decirme ahora mismo que pasó ayer con mi novia?

-Te has pasando de la raya, baja el arma.-Jack intentó acercarse, pero quité el seguro y se quedó quieto de nuevo.

-¡Esto no tiene nada que ver contigo! ¿Vas a decírmelo o tengo que hacerte hablar?

-Venga ya William, no puedes hacerme nada...-Dijo con una voz entrecortada, porque le estaba ahogando. -¿A qué viene todo esto?

-Sé que la has besado ayer cuando estuvisteis a solas. -Apreté con más fuerza mi mano. -¿Por qué?

-Yo no la he besado.

-¡Mientes! Oí el mensaje que le mandaste, escuché de ella que la besaste, y quiero saber porqué. ¿Por qué lo has hecho Sam? ¿No sabes que las novias de otros no se tocan?

-Pues ella no se separaba, cuando estaba probando sus deliciosos labios...-Dejé de apuntar a Jack y le pegué en la cara con la culata de pistola, rompiéndole el labio y la nariz.

-Atrévete a volver a acercarte a ella y la próxima vez será mucho peor.

-Ahora ya sé porqué te gusta tanto besarle, ¿y a quién no? Es tan dulce y suave. -Dejé la pistola y le pegué un puñetazo tirándole al suelo.

-Sam, ¿Qué pretendes?¿Qué te mate?

-Escuchaste Jack, voy a morir...¿Crees que entonces debería decirlo?-Escupió sangre, pero seguía con esa odiosa sonrisa.

-Rubia, te la estás jugando. Te ha golpeado muy fuerte.-Intentó hacer que lo que había dicho fuera una broma, pero yo sabía que ocultaba algo más.

-No Jack, si voy a morir, al menos quiero hacerlo con una sonrisa y satisfecho. -Me miró y se limpió la sangre que caí de su labio. -Como me dejó ella.

-No pienso recoger tu cadáver si se te ocurre decir algo más.-Jack se estaba poniendo muy nervioso y yo le cogí de la camisa y lo levanté de nuevo.

-¿Qué está pasado?¿Qué estás diciendo?

-Will, ¿recuerdas una pequeña fiesta en la piscina? Lo pasaste muy mal, pero yo me lo pasé muy bien

-¿De qué estás hablando?-Me estaba enfadando más por momentos.

-¿Y quién llevo a Lena a su casa? Para ser tan inocente, se mueve muy bien en la cama... Que pena que no se acuerde de nada.

-¿Qué?¿Qué has hecho?-Sé lo que había dicho, peor mi control estaba pendiendo de un hilo.

-Si te tengo que explicar que me he acostado con ella, me llevará un poco de tiempo...creo que lo hicimos tres veces si no recuerdo mal. No me importaría volver a escucharla gemir mi nombre.

-¡Hijo de puta!-Le tiré al suelo y empecé a pegarle puñetazos sin control. -¡Cómo te atreves siquiera acercarte a ella! -Le dejé la cara completamente destrozada y cuando me levanté le pegué unas patadas en el estómago. -Si no te mato ahora es porque Ryan se pondría como loco, pero te juro que si vuelvo a verte cercar de ella, desearás que te mate. Me da igual romperte los brazos o las piernas, yo no seré quien estará a punto de morir. Todavía no me has visto enfadado, Samuel, y espero que no me llegues a ver, jamás.

Chicos MalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora