Cuidados Intensivos

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El día de mi boda fue increíble, todos nos divertimos muchísimo, bailamos, reíamos, cada dos por tres estaban con lo de "¡qué se besen!" era genial. Cada vez que recordaba como había llegado a esto me reía. El tipo más acosador, creído y el más molesto del mundo, ahora era mi perfecto marido.

La luna de miel fue muy romántica y divertida, hotel de lujo en la suite nupcial, masajes, spa, piscina, bebidas con sombrillita, sol, playa, bailes, fiestas y por supuesto...hacíamos el amor cada noche. Por lo que algún regalo de despedida de soltera lo probaba alguna noche. EL último día queríamos que fuera una completa locura, así que nos pusimos a beber muchísimo, salimos de fiesta, nos metimos en el mar en plena noche, pedimos un montón de cosas en recepción y por la mañana cada uno se levantó en algún lugar de la habitación. Yo desperté desnuda encima de la alfombra y William despertó metido en el jacuzzi. Tal vez no recordáramos mucho lo que pasó, pero era más divertido imaginarlo.

Dos semanas después de volver, vivía en el apartamento de William y yo había acabado la universidad ya. Estaba trabajando en el hospital como enfermera, y él estaba trabajando con sus amigos en la empresa de los padres de Ryan. Vivíamos bien y no teníamos ninguna complicación, hasta que me empecé a sentir mal.

-Estás muy pálida, ¿te encuentras bien?

-Voy al baño un momento. -En cuanto llegué me dieron ganas de vomitar, de repente sentí como alguien sujetó mi pelo y al girarme vi a Will a mi lado.

-No era necesario que vinieras aquí.

-Para lo bueno y para lo malo. Deberías ir al médico.

-Tal vez solo me haya sentado algo mal o...¿me pasas mi neceser?

-Sí. -Se levantó y cogió mi neceser que estaba al lado del lavabo. Lo puso en el suelo delante de mí. -Llevas casi una semana así.

-¿Una semana? -Lo abrí y al verlo un momento, empecé a pensar, mientras le daba vueltas a mi anillo. -¿Qué día es hoy?

-Hoy es cinco.

-Es imposible. -Me levanté y me apoyé sobre la encimera. -¿Cuántos días han pasado desde la boda?

- 21 días. ¿Quieres decirme que es imposible?

-Tengo un retraso, tenía que haberme venido el período hace una semana.

-¿Qué?

-Will, vámonos ya.

Más que corriendo cogió las llaves del coche y me llevó rápidamente al ginecólogo. En cuanto llegamos nos atendieron de urgencia y me hicieron las pruebas mientras él esperaba nervioso fuera. Cuando me volví a vestir, él entró y se acercó a mí corriendo.

-¿Qué ha pasado?

-Me tienen que dar las pruebas ahora, pero...-El médico entró y se puso delante de nosotros.

-Los resultados han dado positivos, estás embarazada Alena y desde hace dos semanas.

-Will, dime algo por favor, no te quedes así.

-Yo...no sé, ¿cómo tengo que reaccionar?

-Pero es imposible, nosotros siempre tenemos cuidado, no...-Cuando dijo que fue hace dos semanas, entonces pensé en el último día en el que no recordamos nada. ¿Lo hicimos sin protección?

-Tal vez necesiten un tiempo para hablarlo, vendré en diez minutos. -Él se fue y William se sentó, porque creo que estaba en estado de shock.

-Yo estoy igual que tú, y no sé como tengo que responder. Tal vez un niño ahora es demasiado pronto...yo no sé que hacer, no creo que esté preparada.

Chicos MalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora