La Pesadilla a Punto de Empezar

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Esta noche la daba por una oportunidad pérdida, así que se puso a coquetear con algunas de las chicas que lo rodeaban. Se alejó de sus amigos y se fue con aquellas mujeres a otro lugar. Mientras tanto dos de sus amigos, se alejaron de todos y hablaron entre ellos.

-Rubia, ¿cuándo vas a reconocer que a ti también te gusta la pequeñaja?

 -Pero para conseguirla tengo que apartarla de su novio, y también de William. Yo también tengo mis propios planes. Su novio no es un problema, el único obstáculo es él, aunque sé como deshacerme de Will fácilmente.

-Tú siempre tan manipulador, ten cuidado rubia, cuando el enano se enfada es muy peligroso estar cerca.

-Estás hablando con Samuel, el mejor manipulador de todos los tiempos. Ni siquiera sabrá lo que ha pasado, cuando me la quede.

La noche pasó rápidamente, y ya iban a ser casi las tres cuando recogimos nuestras cosas y nos fuimos. Me despedí de Dani y de los demás, y me fui con Liz a nuestra habitación. Solo pensar que mañana tendría que levantarme a las ocho me daba pereza. 

Al día siguiente, cuando el despertador sonó, me levanté, me di una ducha, recogí mis cosas para las clases y me vestí. El edificio a donde tenía que ir se encontraba justo en frente de la residencia, así que no tardaría en llegar. Quedaban solo diez minutos para entrar y me apuré o sino ya no podría entrar.

Llegué justo a tiempo, y enseguida fui a mi asiento. Empecé a sacar mis cosas, cuando el profesor dijo algo, y al levantar la vista... deseaba que esto fuera un mal sueño, pero no lo era.

-Parece que todo está bien, no hay ningún problema por que te incorpores ahora. Siéntate allí, y ven a hablar conmigo aquí a los dos.

-Claro.-Recogió unos papeles y justo al sitio al que dirigió, era el mismo donde yo estaba sentada. Sonrió asquerosamente y se sentó a mi lado. Solo sería una hora, hasta mi próxima clase...Aguanta Alena, ten paciencia.

-Parece que nos vamos a ver mucho.

Fue lo único que dijo, aunque podía sentir que me estaba mirando todo el rato. Intenté aprestar atención a la clase, pero solo pensar que lo tenía al lado, me cabreaba muchísimo. En cuanto el reloj marcó las diez, y todos empezaron a recoger, yo hice lo mismo y guardé la carpeta y mi estuche en el bolso. Todos se fueron y cuando iba a coger mi agenda, puso la mano encima de la libreta y no me dejó cogerla.

-¿Por qué tanta prisa, preciosa?

-A ti que te importa... No sé que demonios haces aquí, pero mantente alejado de mí, o te causaré muchos problemas.

-Los problemas no me importan, ya estoy metido en demasiados, uno más no me hará daño.-Se acercó a mí, y puso la mano en mi cintura. Estaba por gritar, cuando mi salvador llegó.

-¡Apártate de ella, ahora!

-Tsk...¿No ves que nos estás molestando, idiota? ¿En qué estábamos...? -No le di tiempo a responder y le pegué una bofetada con toda la mano abierta. Cogí la agenda y me alejé de él, yendo con Alex.

-Vuelve a insultar a mis amigos, y la próxima vez te haré daño en un lugar dónde te dolerá mucho más. ¡Vámonos, Alex! -Me fui con él y nos alejamos de la clase, cuanto antes mejor.

William se sobó la mejilla y sonrió burlón, mientras cogía su bandolera.

-Que carácter tiene la mocosa, y eso me interesa más.

Con Alex en la cafetería...

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Chicos MalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora