"Soy Paola Rodriguez, Ex Boxeadora campeona, y ahora tengo mi propio gimnasio,donde entreno a aquellas personas que quieran ser boxeadores profesionales, ¿qué más puedo pedir?
Tengo casa,hijos y me he vuelto a casar,sí, difinitavemente soy feliz,s...
Tengo una relación perfecta,los niños están saludables y Sarah se encuentra muy feliz con las gemelas.Mientras me preparo para ir a ver una pelea de boxeo mi suegra no deja de regañarme por no quedarme ésta noche en familia para el baby shower.
—Por favor no te vallas,no la dejes a Sarah con todo —Sandra rezongó mientras me señalaba.
Voltie y la quedé viendo con los brazos cruzados.
—Solo serán unas horas,siempre estoy, necesito despejarme un poco— contesté molesta y empezó a reír. —Sigue con esa actitud tuya Paola,ve nomas a meterle cuerno, como siempre hiciste —se burló mientras se ataba el cabello.
Me alejé y guardé las manos en los bolsillos.
—Ni opine porque sabemos muy bien que yo no fui la que se le lanzó en la cocina, usted todavía sigue enojada porque le rechacé sexualmente —respondí sonriente y me tiró un almohadón a la cara. —¡Vete a la mierda!—me gritó furiosa y asentí mientras reía. —Volveré a las diez— dije mientras me acercaba a la puerta. •••
Me siento en la butaca correspondiente de la primera fila y acomodo mi vaso de pepsi y el balde de pochoclos entre mis piernas. Ya han pasado seis boxeadores y solo falta el ultimo de ésta hermosa noche. Se dice que es una peleadora muy buena y que tarde o temprano será la campeona de la temporada de los ángeles.
—¡Damas y caballeros,espero que estén disfrutando de ésta maravillosa noche,seguramente ya se comieron todos los hotdogs y que luego se quejaran de sus grandes barrigas pero dejenme decirles que esto no es todo,aún falta conocer la promesa del momento, reciban con un fuerte aplauso a nuestra boxeadora Patricia Valdés!—Comentó el tipo con el micrófono y me quedé sorda por los gritos de unas chicas sentadas a mi lado.
Empecé a reír con la boca llena del pochoclo y luego me quedé seria al ver a esa chica. La boxeadora tenía los mismos movimientos que los míos, el TIC nervioso del hombro le molestaba igual que a mi,y cuando se acercó al elástico para conversar con su mánager pude verme reflejada.Patricia Valdés era idéntica a mi, como si fuera una hermana gemela.
<<Eso es imposible Paola,no puede ser lo que piensas,vamos no pienses tonterías, eres única, única en el mundo y nadie puede ser como tú>>
Miraba sus movimientos, sus gestos y golpes sin parpadear porque no quería perderme nada.O mi pepsi está llena de droga y me hace alucinar o me estoy volviendo completamente loca. Me giré para mirar a la chica llorar y le toqué el hombro.
—¿Hace mucho empezó con el boxeo?—pregunté ansiosa mientras apretaba mi vaso de pepsi. —Hace unos cinco años,ella es genial,la sigo desde Miami—sonrió mientras se limpiaba las lágrimas y me quedó viendo asombrada —¡Hey tienes un gran parecido!—exclamó sonriente y fruncí el ceño mientras miraba hacia el término de la pelea. Me removí en la butaca con nervios y esperé que la gente saliera del estadio. No sabia que hacer,quizás terminaría con un hueso roto por esos guardaespaldas que ella tiene. Esperé que terminara su entrevista con la revista de ESPN y luego me levanté rápidamente cuando pasó por mi lado. Ni siquiera me vio, estaba muy ocupada regañando a su asistente por no haberle comprado la botella correcta de Gaterode. La seguí por el pasillo a paso lento y una vez que pidió a su seguridad que la dejasen tranquila se metió al camerino. Esperé que los demás se alejaran y me acerqué la puerta. Mis manos sudaban y mi pulso estaba acelerado de tantos nervios. No sé quién saldrá herido de esta situación. Golpié con mi puño la madera y miré hacia mis zapatillas sucias por el barro que había fuera.
—¡Adelante!—gritó molesta y luego escuché un golpe hacia la pared.
Tomé el picaporte y lo giré, apenas entré al camarín me encontré a ella de espaldas mientras miraba una revista. Hice unos pasos y me detuve al ver que no se daba vuelta.
—¿Compraste la porquería de botella que te pedí?,¿acaso hablo en chino Francesca?—me habló y me quedé paralizada sin poder excusarme.
Giró la silla y me quedó viendo con la boca abierta.
—Éste es un mal sueño ¿verdad?—se quejó mientras se ponía de pié.
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