65.- Nadie me subestima

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- ¡¿Qué crees que estás haciendo?! – gritó al ver mi daga cerca del cuello de Androgeo

Intentó llegar hasta mi con viaje sombra, pero fui más rápida y me moví más lejos que él.

- Tu cara no tiene precio – sonreí aun con Androgeo entre mis brazos – creo que he dado exactamente en el blanco – reí

- ¡_____! No sabes lo que estás haciendo – gritó Percy

- Por el contrario, querido hermano. Nunca he estado más segura de nada

- ¿Cómo es posible que la encontraras? – Nico intentó parecer sereno, pero su rostro decía otra cosa

- ¿A Bianca? Pues no muy difícil teniendo en cuenta que lleva varios años reencarnada. No hay nada imposible para mí cuando quiero algo, Di Ángelo. – alcé la barbilla – y ahora mismo, creo que ambos sabemos lo que pasará

- ¡Ni se te ocurra ponerle un dedo encima! – exclamó viéndome de una forma que reafirmaba lo mucho que esto me serviría, jamás le había visto con tanto odio dentro.

- Te dije que nadie me daba un ultimátum. Espero que esto sea una lección de la cual nunca puedas olvidar, nadie me subestima, Di Ángelo. – dije posando la daga sobre el cuello de "Bianca" – No importa la clase de juego que sea, yo siempre gano.

Antes de que pudiera acabar con lo que empecé, Percy uso sus poderes y me alejó de Androgeo. Quien cayó al suelo ileso y mi hermano corrió a su rescate. Estaba a punto de hacerle retroceder, pero Nico me alcanzó y empujó contra la pared más cercana sacando un quejido de mí.

- Eres peor que un monstruo, ¿lo sabías? – me vio furioso al tiempo que su agarre se hacía más fuerte en torno a mi garganta, sus ojos no mostraban sentimiento alguno. Entonces me di cuenta que no faltaba mucho para lograr lo que quería

- No eres el primero en decírmelo, es casi un cumplido – traté de sonreír, burlándome de él – eso es, ódiame. Estuve a punto de matar a tu hermana. Lo haría si no me tuvieras acorralada ahora, no dudaría ni un segundo en atravesarl....

- ¡Lo que hiciste fue demasiado! – gritó poniendo más presión en mi garganta – pensé que no todo estaba podrido dentro de ti

- Pues te equivocaste, y fuiste estúpido porque yo te lo advertí desde el inicio – me las ingenié para responder – Soy mejor que tú, ¿o quizá debería decir peor? – le miré a los ojos – que estás esperando, véngate de mí y acabemos con esto – le incité – sabes que es lo que deseas, he estado ahí antes. ¡Hiéreme!

Podía verlo en sus ojos, después de todo, el dicho de que los ojos son la ventana del alma no estaba tan lejos de la verdad. Solo debía seguir hablando y actuaría sellando un cambio en la profecía.

- No hay forma de que quedas amarme después de esto.

- ¡Nico no la escuches! – intervino Percy – Ya lo sabe, solo está queriendo arrastrarte más

Le envié una mirada asesina a Percy, pero sabía que no me obedecería. Estaba empecinado en ayudarme, aunque yo no quisiera su ayuda. Más allá pude ver que Androgeo había vuelto a su estado original

- No es Bianca, uso alguna clase de ilusión para asustarte – insistió

Cerré los ojos aguantando las ganas de irme contra mi hermano. Al abrirlos pude ver que Nico estaba recobrando algo de razón, así que usé viaje sombra para deshacerme de su agarre.

Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora