Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)

66.- Delfos

Pov Percy

Cuando aparecimos en el camarote de _____, creo que apenas y se enteró de que le ayude a recostarse en su cama y le traje un poco de té para que se calmara. Se había rehusado a tomarlo, pero por lo menos ya no lloraba.

Me sentía a su lado sin decir nada por no sé cuantos minutos en los que ella solo miraba hacia la nada, intenté acomodar su cabello dándole más tiempo antes de decir algo. Sabía que aún se encontraba en un estado un tanto delicado, por lo que debía elegir con cuidado lo que pensaba decir.

- ¿_____? – susurré tanteando el terreno – a un nos quedan un par de días antes de llegar al campamento, aún puedes reestablecer las cosas con Th...

- Siempre has querido saber lo que paso en delos, ¿cierto? – me interrumpió haciendo que le viese confundido

- Eh, sí, pero eso no tiene importancia ahora. – negué con la cabeza – solo quiero que te sientas mejor y...

- Ahora o dos días después, no pierdo nada contándotelo – me interrumpió – ya no puedo quedar más expuesta que hoy, ¿o sí? – inquirió encogiéndose de hombros a mi lado

- Va a pasar, te lo aseguro. Thomas no podría estar enojado contigo por mucho tiempo si en verdad te quiere. Además...

- Sentí como si me hubieran quitado un peso de encima – intervino

- ¿Qué? – le miré confundido

- Me siento horrible, pero al mismo tiempo me siento aliviada de que... de que Nico se lo dijera en vez de mi – explicó – y una parte de mí se odia por eso – cerró los ojos ocultando su rostro en la almohada

- No lo hizo con la intención de herirte, créeme que, si hubiese sabido lo mal que te pondrías, no lo habría hecho. Lo vi en sus ojos cuando te desplomaste en el suelo, no está contento con lo que ha hecho.

- No estoy enojada porque lo hiciera – habló consiguiendo que le viera sorprendido, y vi como alzaba la cabeza de la almohada para mirarme – tenía razón, estoy enamorada de él. – confesó volviendo a agachar la cabeza en la almohada

Lo dijo con un tono de voz tan leve, que podría creer que me lo imagine si no me hubiese visto a los ojos cuando lo dijo.

- Entonces... ¿por qué...

- Porque así soy yo, o lo era. Nunca lo habría aceptado o dicho en voz alta si él no hubiese hecho nada de esto. Por Hades, ni si quiera me permitía pensarlo. No tienes idea del cambio que significaba luego de tantos años aferrada a Thomas y solo Thomas.

- En ese caso, ¿por qué no has dejado que venga contigo en vez de mí? – le miré curioso – dentro de ti siempre lo has sabido

- No era a Nico a quien quería a mi lado en este momento, no aún. Y la única persona aparte de él que me importa, eres tú. Así que, ¿quieres saber lo que paso en Delfos o no?

- Bueno, dado que parece que no saldremos de aquí en mucho tiempo, una historia no me vendría mal – sonreí tratando de divertirle, y para mi suerte, esbozó una pequeña sonrisa mientras se sentaba a mi lado.

Delfos, 1946

Pov tu

Cumpliría 16 dentro de unos días, quizá debería de tener mucha más edad, pero gracias a mi padre perdí 6 años de mi vida dormida dentro de aquel casino. Había encontrado algo de felicidad en los dos niños que conocí, pero entonces mi padre estuvo ahí otra vez, arruinándolo. Me envió a una habitación sedándome para dormir durante todo ese tiempo aun dentro del casino. Me libero al final de la segunda guerra mundial, creyó que estaría mejor así, que aún podría esconderme sin que Zeus supiera de mi existencia, pero yo me había cansado de estar en su palacio, siendo la maldita sirvienta de Anfitrite, no, yo merecía algo más que eso.