Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)

16.- Conejillo de indias

Pov tu

Una vez cambié mi ropa, me encerré en la biblioteca del tercer piso, necesitaba pensar en lo que haría ahora. ¿cuáles eran las ventajas de estar de vuelta? Si las habían, ¿cómo podría usarlas para derrotar a Janine sin darle oportunidad a nada?

Miré el fuego de la chimenea frente a mí obteniendo una idea.

Si yo era la parte más fuerte de ambas, a la que la bendición de Hades más obedecía, tenía que probar que tanto me afectaban los poderes de Circe, solo entonces sabría si tenía una oportunidad. Y sabía exactamente quien sería mi conejillo de indias.

Fui interrumpida por un guardia cualquiera, me avisó de que necesitaban mi presencia en el comedor. Utilicé el viaje sombra y en segundos estuve en la habitación, viendo como Rebbeca miraba con recelo al grupo de 12 pájaros que ahora volvían a ser humanos.

- No sé cómo lo hiciste, pero ahí están - habló la rubia - tus desagradables amigos te son devueltos con la condición de que les enseñes modales

- ¿Y quién va a enseñártelos a ti? - arqueé una ceja a modo burlón

- No te metas conmigo, _____ - me fulminó con la mirada, lástima que eso era exactamente lo que necesitaba

- ¿Qué si quiero hacerlo? - le reté - no sigo ordenes tuyas así que no hay problema

- ¡Eres una insolente! - exclamó furiosa

- No es un secreto que no me agradas - me encogí de hombros

Podía verle perder la paciencia y podría haberlo conseguido de no ser porque barba negra interrumpió. Al parecer ya había recordado como hablar

- ¡Finalmente! Estaba harto de esa jaula - exclamó volteando a verme - Debemos salir de aquí cuanto antes, niña

El resto de su tripulación gritó estando de acuerdo, pero Rebbeca me miró, retándome a hacer algo y lamentablemente eso era lo que tenía que hacer.

- ¡No iremos a ninguna parte! - exclamé sobre el ruido - no les he conseguido su libertad para que puedan irse, tira de idiotas - me acerqué a ellos, solo entonces Barba negra tuvo una mejor visión de mi apariencia

- Por Poseidón, ¿Qué te ha pasado? - frunció el ceño

- Estoy de vuelta, viejo - sonreí - Eso significa que tenemos nuevas reglas

- Desearía ser un pájaro de nuevo - murmuró echándole un vistazo a la jaula

Rodé los ojos y les obligué a seguirme hacía lo que serán sus habitaciones.

Una vez la mayoría de sus hombres se habían ido a asear, barba negra me miró y vi las dudas que tiene sobre este sitio, dudas que no podrían ser amansadas ni porque yo le asegurara nada.

- ¿Qué es lo que tuviste que dar a cambio? - alzó una ceja

- ¿Qué te hace pensar que daría algo por ustedes? - le imito seria

- Después de casi dos meses como aves, se ve muy extraño que nos liberase así sin más - no deja de mirarme - estoy seguro que le convenciste de algún modo

- No es de tu incumbencia - sonreí fríamente - solo se me útil cuando el momento llegue

Dicho esto, doy media vuelta y me dirijo a mi propia habitación ya que tengo mucho en lo que pensar.

Janine esperara por lo que le he prometido, y querrá que sea rápido. Necesitaba idearme un plan para salir del castillo sin su consentimiento cuanto antes, lo más rápido que encontrase a alguien dispuesto a ayudar en la ciudad, lo más rápido que le derrotaría.