27.- Sra. Di Ángelo

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Pov tú

Al amanecer, por la forma en la que me sentía, supe que la conexión se había restaurado. Gemí sintiéndome más liviana debido a que mis poderes por fin estaban repartidos equitativamente y abrí los ojos sintiendo algo de frio debido al invierno.

Nico seguía durmiendo a mi lado por lo que, con cuidado, busque algo que pudiera ponerme encima así evitar morirme de frio ahora que, de hecho, sentía frio. Lo que estaba a mi rápido alcance era una de sus camisetas, así que me la puse rápidamente y me volví a echar a su lado cubriéndome con las sábanas.

Sonreí viendo que tenía la boca ligeramente abierta y estaba totalmente relajado, acaricié su mejilla y me recosté sobre su pecho buscando abrigarme un poco más. No tardó en rodearme con sus brazos y soltar un suspiro en lo que se reacomodaba en su sitio.

- Tienes más frio - mencionó con voz ronca debido al sueño - parece que la conexión volvió

- ¿Qué eres?, ¿un experto en dobles personalidades? - cuestioné alzando la cabeza para verle. Sonreía, pero aún tenía los ojos cerrados

- No, pero te conozco lo suficiente. Tu temperatura es fría como la mía cuando están divididas - acarició mis brazos - no tendrías frio si no la hubieras recuperado

- Vaya, si fuera posible dejaría que estuvieras a cargo de mi de nuevo - besé su mandíbula - eres demasiado bueno

- Aun así, no aprendiste mucho - abrió los ojos - buenos días, futura Sra. Di Ángelo- sonrió

Reí dirigiendo mi vista hacía el anillo en mi mano izquierda y sonreí

- Buenos días, Sr. Di Ángelo - le seguí el juego - ¿tomo eso como que ya no estás enfadado?

- No estuve realmente enfadado - suspiró - pero admito que estoy feliz de que nos llevara a esto

- En ese caso, estoy feliz por haber metido en problemas - bromee consiguiendo que me hiciera cosquillas por ello

Me retorcí hasta quedar arriba de él otra vez, salvo que ahora tenía su camiseta puesta.

- Te queda mejor que a mí - acarició mi cintura

- Hmm, y tú te ves bien todo desaliñado por las mañanas - me incliné para besarle

Profundizó el beso levantándose hasta estar sentado conmigo encima, tomándome de la mejilla.

- Extrañaba un poco el azul de tus ojos - comentó cuando nos separamos

- Si, bueno, ser igual a ti no es tan divertido - bromee

- Vamos, quiero que todos sepan que aceptaste ser mi esposa - sonrió buscando liberarse de mis brazos, pero no se lo permití

- Vayamos por algo de café primero - bajé mis manos hasta su pecho - la falta de sueño debe ser menos notoria - le guiñé un ojo para luego separarme totalmente

Dentro de poco ambos salimos de casa tomados de la mano, íbamos a retomar el viaje a la cafetería que fue interrumpido al encontrarnos con Reyna. Encontramos a varios ciudadanos decorando sus puestos de trabajo por las festividades, al parecer el jardín de Baco les recordó que ya estábamos cada vez más cerca de navidad.

- Ahora la ciudad será más bonita por las noches - comenté cuando pasamos por una tienda con ya tenía las luces puestas

- Lo mejor es que volvemos a estar en paz para disfrutarlo -pasó sus brazos por mis hombros - volvemos a estar juntos- me miró

Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora