62.- Vamos a jugar

2.8K 242 37
                                    

Pov tu

Regresamos al barco luego de haber cenado en otro restaurant, esta vez sí hubo personas que tomaran nuestra orden. Thomas parecía más tranquilo con todo y volvimos tomados de la mano mientras yo aún no podía sacudirme ese sentimiento que estaba empezando a consumirme de a poco a pesar de que no quería permitirlo.

- Creo que hemos perdido la noción del tiempo – comentó cuando llegamos al barco

- Barba negra debe seguir fuera – asentí viendo que la cubierta estaba a oscuras

- Percy y Nico deben estar descansando, creo que debemos hacer lo mismo – sonrió guiándome hasta la segunda planta

Sonreí a medias hasta que llegamos a mi dormitorio, no creía que mi hermano y su amigo estuvieran dormidos, pero no tenía ánimos para averiguarlo.

- Me he divertido mucho hoy – dijo besando mi mano – estoy seguro que podremos repetirlo pronto

- Por supuesto – asentí besando su mejilla – gracias – le susurré sin pensar

- ¿Porque? – me vio confundido

- Por ser tú – me encogí de hombros – por quererme a pesar de todo lo que sabes

"y lo que no sabes" – susurró mi subconsciente

- Yo debería ser el agradecido. Me has amado todo este tiempo cuando fácilmente pudiste seguir con tu vida. No sé qué habría hecho al volver y saber que seguiste adelante, aunque por supuesto que no me habría enfadado, era lo correcto

- No sigas – le tapé la boca, no soportaba seguir oyéndole – te esperé y creo que es todo lo que necesitas saber.

- Solo una cosa más – sonrió – te amo, pequeña. Y ahora tendré todo el tiempo del mundo para decírtelo cada segundo

Beso mi frente y no sé cómo pude aguantar las ganas de llorar y gritar que tenía por haber sido tan tonta y débil ante Nico. No quería dañar a Thomas, y sin que él lo supiera, ya lo había hecho.

Le observe entrar a su habitación y desaparecí en viaje sombra, sabía que no podría dormir esta noche o ninguna otra. Terminé en el vigía, necesitaba estar a solas y calmar todas las emociones que sentía dentro. Ya ni si quiera sabía de quien era cada emoción y eso me enfadaba.

- ¿Estás bien? ...hey, ¡¡soy yo!! – gritó cuando le apunté con mi daga

- Percy, no estoy para soportarte, ¿qué haces aquí? – me calmé al ver que no era Nico

- Creo que me quedé dormido mientras te esperaba – sacudió su ropa cuando me alejé de él

- ¿Y qué hacías esperándome?, sabes que no tengo 5 años – me senté en la madera

- Estaba preocupado, no te veías bien luego de que hablamos

- Pues no tenías por qué, estoy bien

- No lo parece – dijo sentándose a mi lado

- Y tú que podrías saber –rodé los ojos

- Pues soy tu hermano

Negué con la cabeza sin poder refutar aquello, pero debía admitir que su compañía hacía las cosas más fáciles. Saber que estaba al lado de alguien a quien nunca había traicionado, herido o decepcionado me hacía sentir mejor.

- ¿No me dirás que te pasa? – habló luego de un rato

- Creía que lo sabías – arqueé una ceja – Nico debe haber alardeado sobre ello ya – hablé con amargura

Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora