2.- Venus

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3 años después...

- ¡Ahoi, ahoi, pirata yo soy! ¡Saquear, tomar y disfrutar es mi lema de hoy!

Gruñí escuchando la bulla en cubierta, menuda hora para ponerse a cantar. Pero no me levanté, seguí bajo las sabanas intentando conciliar un poco más de sueño. Por fin, cuando vi que era inútil, rodé los ojos y salí de mi cama.

No solo tenían pésima voz, sino que no se coordinaban entre sí.

Me dirigí al baño de mi camarote y tomé algo de agua para refrescar mi rostro. Me sequé con la toalla y observé mi reflejo en el espejo. No lucía mal para haber cumplido 21. Mi cabello estaba más largo e igual de azabache, mi piel seguía igual de pálida, pero mis ojos estaban más apagados que antes, casi fríos, el azul empezaba a perder fuerza dando más paso al negro.

Probablemente debería de preocuparme, pero esto era lo que la vida pirata te hacía. Aprendías a las malas en el mar, vivir o morir, tú eliges. Tenía que ser otra persona aquí, por mucho que aún tuviese los valores y conciencia que había desarrollado en mi último año al lado de mi hermano. Siempre debías renunciar a algo en el mar. O al menos, parcialmente a algo. También había crecido un par de cabezas más, producto del ejercicio que requería perseguir a una diosa.

Mal gasté dos años de mi vida buscando respuesta por toda Grecia, las moiras solo sirvieron para confirmarme lo que ya sabía, así como para explicarme lo que no me importaba. Que más daba si Fortuna convenció a Júpiter de hacer lo que hizo, ya no tenía sed de venganza, solo buscaba un antídoto, algo que pudiese revertirlo sin tener que acudir al dios en cuestión porque sabría su respuesta.

Los hijos de Hécate tampoco fueron de mucha ayuda, al año y medio solo pude conseguir la información necesaria para entender por qué nada de lo que ellos hacía funcionaba. Como podría, solo la diosa romana que me había hecho esto podía revertirlo. Para mi suerte y desgracia, no era ni Júpiter ni Fortuna a quien tenía que acudir, sino a Venus.

Fortuna persuadió a al rey de los dioses de castigarme con el fin de evitar algo peor al yo procrear, y él, con ayuda de Venus, lo hizo. Me convirtieron en estéril solo para prevenir que de mi naciese alguien más fuerte. No sé qué me enfadaba más, lo cobarde que eran al protegerse de esa forma o el que no tuviesen las agallas para decírmelo.

Así que esta ha sido mi vida, llevó un año persiguiéndola, es más escurridiza de lo que pensaba y eso me creaba preguntas, los dioses no huyen de mortales, mucho menos de semi dioses. De hecho, tu podrías encontrarlos sin problemas, pero por alguna razón ella siempre sabía cuándo llegaría y en qué momento huir. He llegado a pensar que está asustada de mí, de lo que mi reputación dice, pero no puedo evitar creer que hay más que eso. Ella está huyendo de algo más.

- Feliz cumpleaños, mi señora - Androgeo me saludó al salir del baño - que sean muchos más

- Gracias, con algo de suerte esta noche la atraparemos - tomé ropa de mi baúl

¡Matar, matar, sin mostrar piedad! ¡Vida pirata es lo mejor!

- Ve pedirles que se callen, mi van a dar migraña - fruncí el ceño del enojo

- Tengo entendido que la noche anterior fue fructífera, el barco enemigo quedó hundido - me informó - por eso están tan felices. En mi humilde opinión, fueron una tira de salvajes a comparación del trabajo limpio y rápido que usted hace.

- Desde cuando degollar a alguien es limpio - sonreí por su cumplido, sabía lo que intentaba - me temo que no participo de eso nunca más. Ahora ve a hacer lo que te pedí

Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora