59.- La última misión

3.6K 312 36
                                    

Pov tu

Empujé a Nico sin previo aviso, justo cuando barba negra salía para encontrarlo en el suelo frente a mí

- Parece que has encontrado a un intruso – sonrió al verle – tienes agallas para desobedecer una orden, chico

- Ha tenido que pasar la noche aquí, ¿cómo es posible que no lo notaras? – le acusé con falso enojo

- No me mires a mí, nos diste permiso para festejar – trató de excusarse

- Como sea, ya está aquí – dije volviendo a ver a Nico, al menos estaba consciente de la actuación

- Debemos empezar la operación cuanto antes – intervino barba negra – no podemos perder tiempo devolviéndolo al barco

- Es verdad, vendrá con nosotros, quizá nos sea útil como carnada – sonreí con burla – dile a tus hombres que empiecen a prepararse – ordené

- Enseguida – asintió

Barba negra comenzó a reunir a todos y Nico se levantó del suelo sacudiéndose el polvo de la ropa

- La próxima vez avisa - hizo una mueca tocándose el hombro – ha este paso, volveré a lastimarlo

- Lo siento – reí levemente – pero creía que eras el temible rey de los fantasmas, no ha podido ser tan malo – bromee

- Estaba distraído – se excuso

- Como sea, tenemos que seguir actuando – suspiré – camina, te quedarás a mi lado mientras planeamos todo – le empujé levemente

- Tampoco exageres – rio revolviendo su cabello

Era la hora de desayunar así que todos caminamos hacia la fogata que estaba encendida anoche y nos sentamos a comer algo de fruta.

- ¿Comida para el intruso? – me preguntó mostrándome una manzana

- Eso decídelo tú - contesté indiferente

Se encogió de hombros y le lanzó una pera a Nico, quien lo atrapó rápidamente y sonrió

- Creo que le agrado

- Porque me retas, seguro que si – rodé los ojos

Sonrió divertido y dio un mordisco a su pera. Todos acabaron de comer a tiempo y envié a dos de los hombres de barba negra a que revisaran el perímetro y nos dieran alguna noticia de lo que nuestros amigos a la orilla de la isla estaban haciendo.

Tardaron un poco, pero cuando regresaron nos informaron de que la mayoría aún se encontraba durmiendo, momento idóneo para atacar. Nos separamos en dos grupos, barba negra fue por su lado con su tripulación y yo me quedé, por primera vez en años, detrás, junto a Nico.

- No se te ve tan emocionada – me dijo mientras viajábamos por las sombras

- Tengo conciencia ahora, por supuesto que no lo estoy – dije haciendo una mueca – pero no tengo opción, o barba negra se dará cuenta.

- Recuerda que esta será la última vez que le ayudes

- Por suerte, parece que con esto recuperará todo el oro imperial que perdió en mi ausencia

- Hablando de oro imperial, cuando regresemos al campamento, sabes que aún tenemos un par de cosas que arreglar ahí, ¿cierto? – dijo mientras aparecíamos cerca del barco enemigo

Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora