8.- Tus ojos

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2 semanas después...

Pov tu

- No pienses en que soy una chica, solo atácame - miré al chico frente a mí - hazlo con toda la fuerza que tengas

Pareció más seguro y envió un puñetazo hacía mí, lo esquivé con rapidez y tomé su puño doblándolo por la espalda. Mas uso sus piernas para tirarme lejos de él. Me levanté con rapidez y tomé mi espada, cosa que él ya tenía lista. Nos atacamos hasta que alguno de nosotros perdiera su arma, o muriera en medio de la pelea.

Este era mi trabajo ahora, entrenar a las nuevas adquisiciones de la reina.

Ella pensaba que no había nadie mejor para el puesto. Entrenaba a un grupo de 20, pero solo los más fuertes se quedaban, del resto tenía que encargarme yo o sus guardias.

Sí, me había convertido en su marioneta.

Todo de lo que alguna vez pensé estaba encima de ello se vino abajo luego de que derrotara a sus guardias y ella aplaudiera en júbilo por el espectáculo. Me sentí algo mal por lo que hice, pero no se lo dejé ver. Puede que siguiera sus órdenes, mas no era completamente fan de sus métodos, aunque si bien es cierto, sentía cada vez menos la voz dentro de mi cabeza. Algunas veces parecía más fácil olvidarse ella y rendirse ante el lado frio que seguía albergando dentro, y pude haberlo hecho hacía tiempo, de no ser porque Venus aún seguía en este castillo.

Todo era muy complicado, mi cabeza volvía a doler como antes. Por un lado, la presencia de la diosa me ponía los pies en la tierra, me recordaban la razón por la que hice tan largo viaje. Por otro lado, el control que Janine mantenía en todo hacía casi imposible para mi encontrar una forma de escape, aún más desalentador era el saber que no me había devuelto todos mis poderes, solo la suficiente para entrenar a sus peones, sus palabras exactas fueron: "Estoy segura que no necesitas poderes para ser extraordinaria en tu trabajo"

Y en parte tenía razón, no los necesitaba para matar a alguien, pero si lo eran si quería huir de aquí antes de que mi mente volviera a podrirse. El lado positivo de todo esto, si es que lo había, era que también me había dejado al cuidado de la jaula de aves. Seguía sin poder reconocer a mi tripulación, pero algo me decía que barba negra seguía entre ellos.

Ahora tenía doncellas que me ayudaban en el aseo de mi habitación o a vestirme, eran el reemplazo de Androgeo ahora que no tenía poderes para volver a llamarlo y la verdad es que tampoco querría hacerlo. Nunca dejaría que me viese así, ya era suficiente con la tripulación y la diosa. Y tampoco no quería saber que había dicho Percy, otra de las razones que me ayudaban a seguir consiente de mis actos, tenía que estar en guardia por si se aparecía aquí

Lo había condenado al pedirle ayuda, así como también me había condenado a mí. Cuando Janine se enterase de que era aún más fuerte de lo que creía, nunca iba a dejarme ir y estaba segura que atraparía a mi hermano para asegurarse ello.

En un ataque de cólera, me olvidé de que debía dejar al chico ganar y usé mis habilidades para vencerle. Escuché aplausos detrás de mí y supe quien había llegado.

- Contigo aquí siempre consigo a los mejores guerreros - se acercó hasta ver el cuerpo inmóvil del chico en el suelo - tenía una corazonada de que no era tan fuerte para ser hijo de Ares. No lo extrañaremos - apretó mi hombro antes de quitarme la espada y gestionar para que le siguiera

Hice lo que me pidió y caminamos dentro del castillo, hasta una de las torres más altas el castillo, desde donde podía verse la ciudad a lo lejos.

- Parece que te vas adaptando bien - habló mirándome - un centavo por tus pensamientos, querida

- Tengo a mi tripulación de vuelta - me encogí de hombros - no creo que necesite nada más - mentí - claro que... me gustaría que fuesen humanos de nuevo

Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora