64.- Siempre perdemos algo

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Pov tú

Al iniciar el amanecer Androgeo y yo ya estábamos recorriendo los callejones de Barcelona, las calles estaban desoladas por lo que nos resultó mucho más fácil caminar sin llamar la atención. Salir del barco fue igual de fácil, aunque claro, estaba consciente de que mi secuaz había contado sobre mis intenciones a mi hermano y Nico, por lo que sabía que debían de estar siguiéndonos, o al menos intentándolo.

Este plan era de suma importancia, por lo que no iba a dejar nada al azar, mis poderes eran lo suficientemente fuertes para ocultarnos de la vista de Nico, quien podía rastrearnos por tener los mismos poderes, de mi hermano no tenía de que preocuparme en ese aspecto.

- Ha dejado todo en orden en el barco, ¿mi señora?

- Por supuesto que lo he hecho, no hubiera salido de ahí sino fuese así – rodé los ojos

- Lo sé, es solo que anoche estuve rondando por los camarotes y el del joven Thomas aún tenía las luces encendidas – confesó mientras ingresábamos a la calle más antigua de la ciudad

- La posición hizo lo suyo, se durmió con las luces encendidas hasta que las apagué esta mañana. No despertará hasta el atardecer

- Justo cuando todo habrá acabado, según sus cálculos

- Exacto, para entonces Nico tendrá que haber desistido de su misión y volverá al campamento por su cuenta – hablé recordando cada paso del plan en mi mente

Crucé el último callejón de esa calle llena de tiendas antiguas y toqué tres veces seguidas, era una especie de contraseña en ese lugar. Luego de unos segundos, la puerta se abrió dejando ver a una mujer un tanto mayor, pero con una postura determinada y firme.

- Buenos días, Sra. Aura. Creo que ya sabe las razones de mi visita – sonreí enterada de sus poderes como semidiosa

- Pasen de una vez, esto llevará tiempo – dijo dándonos paso hacía su zona de trabajo

Pov Percy

- ¿A dónde pudieron haber ido? -fruncí el ceño mirando las desérticas calles de la ciudad en busca de mi hermana

- No lo sé, dejé de sentir su ahora cuando llegamos al centro – Nico respondió igual de confundido que yo – a veces odió que mi padre le haya dado tanto poder – bufó

- ¿Es posible que pueda ocultarse de ti? – le miré estupefacto

- Pues es obvio que sí, dado que no siento su aura y por mucho que lo desee, sé que no está muerta. Así que no hay otra explicación – rodó los ojos a lo que yo le vi mal – ¿qué? – me miró indiferente

- No lo dices enserio, eres el que menos la quisiera ver muerta – me crucé de brazos a lo que él meneó la cabeza

- Era una forma de hablar. Lo que en verdad quisiera es acabar con todo esto, con algo de suerte eso será pronto – comenzó a caminar sin un rumbo en específico

- Hmm, aunque esto terminara mañana, yo creo que lo que hemos vivido en estas semanas no se borrará de nuestros recuerdos tan fácilmente – suspiré siguiéndole

- No lo olvidaremos nunca – me corrigió – no la olvidaremos, supongo que al final obtendrá lo que quería – frunció el ceño

- Y sin mencionar lo mucho que ha cambiado a nuestro alrededor, y lo que ha cambiado dentro – le miré de soslayo

Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora