Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)

21.- La caída de su majestad

Pov tú

Al caer la noche yo no me presenté en la cena, estaba demasiado cansada como para presentarme y fingir que nada había pasado. Dejé que el resto hiciera acto de presencia y me mantuve en mi habitación hasta que las luces comenzaron a apagarse por todo el castillo.

Ya tenía el amuleto alrededor del cuello, simplemente esperé a que el aura de Venus fuese acompañada con la de Janine, lo que me diría que ya se encontraba lista para salir y podría interceptarlas fuera del castillo.

No paso mucho tiempo hasta que sentí la presencia de ambas en la misma habitación, usé viaje sombra para esperar fuera del castillo y sentí que ambas se movían hacía la parte trasera y las seguí. Desde un punto lejano en la zona de entrenamiento, observé como Janine salía encapuchada guiando el camino y Rebecca y Damián llevaban a la diosa encadenada no muy lejos detrás de ella

Me trasladé hacía unos metros frente a ellos y aparecí consiguiendo que se detuviera en seco y me observaran un tanto sorprendidos por mi repentina aparición.

- ¿Te vas tan pronto? - arquee una ceja viendo como Venus parecía aliviada ahora que me veía

- _______ - intentó no lucir preocupada - deberías estar durmiendo, como el resto

- No tenía sueño y de pronto les sentí irse - miré hacía los hermanos - ¿A dónde llevan a la diosa?

- No es de tu incumbencia, ahora vuelve al castillo - Janine ordenó seria

- Hmm, no lo creo - sonreí - la hora de seguir tus ordenes se ha acabado, pienso que es tiempo de ver quién manda ahora

Me observó sin comprender mi actitud, pero luego sonrió

- No quieres enfrentarme de nuevo, _____ - negó con la cabeza - recuerda que tienes mucho que perder ahí dentro

- Me gustaría comprobarlo otra vez - enrollé las mangas de mi vestido - sabes, estoy harta de seguir tus estúpidas reglas. Dioses, estoy harta hasta de oírte parlotear todo el día sobre tu reino - comencé a enfadarle - oh, espera, no es tu reino, se lo robaste a tu hermano justo después de asesinarlo - alcé ambas cejas - solo eres una sádica oportunista

- Como te atreves... - apretó los puños con ira contenida

Desaparecí y aparecí detrás de Damián y Rebecca, lanzando a ambos lejos con el poder que emanaba mi aura. Tomé la cadena de Venus y la rompí en dos liberándola al tiempo en que escuchaba el gritó de Janine.

Silbe la señal para los demás y espere a que aparecieran

- Acabo de liberar a tu diosa, lo que significa que he ido contra tus reglas - sonreí caminando hasta estar frente a ella - y aun así tus amigos no han podido matarme o detenerme - lancé las cadenas a un lado - veamos quién tiene el poder ahora, reina - le reté

Sentí como los demás llegaba al igual que guardias de la reina, lo que me hacía creer que Damián había lanzado la alarma entre los hechiceros.

- Vas a arrepentirte de todo, asesina - me miró por primera vez con una ira que normalmente intentaba ocultar - no te perdonaré esta vez

- Yo nunca busqué tu perdón - me encogí de hombros - siempre soñé con el momento en que te partiría la cabeza - sonreí ampliamente

Janine tomó el collar entre sus manos, señal de que esperaba quitarme mis poderes de nuevo, pero su cara de confusión al verme aún de pie no tuvo precio. Miré hacía Venus, quién aún estaba débil para huir, y ordené a las sombras que la trasportaran a un lugar seguro mientras la batalla se llevaba a cabo.